Itongadol.- El Encuentro Internacional de Educación Judía, realizado recientemente en Buenos Aires, reunió a 1.300 educadores de la Red Escolar Judía de Argentina y de Latinoamérica. Iton Gadol dialogó con Ariel Cohen Imach, director del Departamento de Educación (Vaad Hajinuj) de AMIA sobre el alcance y balance de este importante evento organizado para favorecer la educación judía en la diáspora.
– ¿Cómo surgió la iniciativa de organizar el Encuentro Internacional de Educación?
El año pasado trabajamos fuertemente con los directores de las escuelas reflexionando sobre nuestra Red Escolar Judía, sus necesidades y desafíos. Una de las conclusiones fue que necesitamos enfocarnos en la capacitación de Morim, en temáticas variadas. Desarrollamos un plan para los próximos años, que incluye capacitaciones masivas en Buenos Aires con participación de Morim del interior y de América Latina. En diálogo con las autoridades del Meizam Hatfutsot -gran emprendimiento del Estado de Israel para mejorar la educación judía en la Diáspora- y con las de la Organización Sionista Mundial, logramos que estas instituciones junto a la AMIA pudiéramos en conjunto organizar el Encuentro.
– ¿Qué objetivos se propusieron alcanzar con esta iniciativa?
Generar un espacio de encuentro para educadores, inspirarlos con personalidades de primer nivel que vinieron de Israel, Francia, Uruguay y disertantes locales de primer nivel. Tratar las temáticas que preocupan a las escuelas, y mostrarles formas novedosas de enfocar los estudios judaicos, enriqueciéndolos con todo lo que la tecnología nos puede aportar. También plantear un primer paso para establecer una red de intercambio entre educadores de todo el continente.
– Participaron 1.300 docentes. ¿Esperaban esta convocatoria?
Soñábamos con 1.000 educadores, lo cual ya en sí mismo era un número difícil de alcanzar. Sin embargo, la presencia de 7 disertantes de Israel y el trabajo que hizo todo el equipo del Vaad Hajinuj para difundir el evento permitió superar ampliamente esa cifra. Vinieron docentes de todo el Interior, de Brasil, Uruguay, Chile, Paraguay, EE.UU., Colombia, México y Venezuela. Esto muestra que la comunidad educativa está ávida de estos encuentros y que propuestas serias y bien organizadas tienen mucho público interesado.
– ¿Qué criterios se siguieron para elegir a los disertantes que formaron parte del Encuentro?
Fundamentalmente, que fueran expertos en sus temáticas y que pudieran resultar inspiradores. No percibimos el Encuentro como una suma de conferencias y talleres, sino como un Encuentro lleno de perspectivas inspiradoras. Los israelíes que vinieron se sumaron a esta forma de ver las cosas. Los disertantes locales también fueron gente de primer nivel, que abordan temas que realmente están en la agenda prioritaria de las escuelas, con cuyos directores se abrió un diálogo fecundo y pudieron recomendar disertantes y temáticas de interés.
– ¿Cuál fue la evaluación que realizaron tanto los organizadores como los participantes?
Nuestra evaluación es muy positiva, realmente en los días del evento se sentía un clima de armonía, satisfacción y de energía muy positiva. Ahora estamos leyendo y tabulando las evaluaciones de los participantes, a priori aparecen muy positivas pero aún tenemos que analizar los pormenores de cada taller.
– En líneas generales, ¿cómo describiría el nivel la educación judía formal en la Argentina? ¿Qué desafíos enfrenta?
Enfrentamos el desafío de la actualización constante en un mundo cambiante, con desarrollos educativos que van a una rapidez difícil de seguir y con demandas crecientes por parte de la comunidad educativa. Aun así, hay escuelas de excelencia, hay variedad de ideologías, de estilos de escuelas y de proyectos, de modo que cualquier padre que desea dar educación judía a sus hijos encontrará la escuela adecuada. Este Encuentro, además de otras iniciativas, es también una inyección de optimismo, para mostrar a los docentes y directores que juntos podemos construir mejor y potenciarnos mutuamente para bien de todos.