Itongadol/AJN.- El diseñador de calzado, Kobi Levi, se encontraba trabajando en su taller en 2011, cuando recibió un email del estudio ejecutivo encargado del video "Born This Way" de la excéntrica cantante, Lady Gaga. El estudio pidió varios pares de zapatos hechos a medida para que la artista pudiera usarlos en el clip. El único problema de Levi fue que no supo cuánto cobrar por los zapatos. A pesar de haber trabajado como diseñador de calzado los últimos 14 años nunca vendió un solo par.
“Me gusta fusionar la línea entre el arte y el diseño", expresó Levi de 40 años en una entrevista con el Jerusalem Post. “Los artistas pueden decir que mis zapatos no son arte porque no son un producto usable y los diseñadores pueden decir que no son un diseño porque no siguen las tendencias y no le sirven a los clientes. Y yo les puedo decir que ambos están en lo cierto. Podes pelearte por eso o no, eso no me importa", agregó.
Por años ha sido su propio modelo para diseñar sus fabulosos zapatos de taco, pero por fuera del estudio su elección de calzado se remite a un par de zapatillas masculinas genéricas. No sabe que fue lo que le atrajo a crear zapatos, pero incluso de niño ya los diseñaba explicó durante la entrevista.
“Su forma es interesante y me gusta que los puedas usar", indicó, "No solo son un objeto que dejas tirado para juntar polvo".
"Nunca imagine que alguien quisiera comprar esos zapatos. Nunca tuve en cuenta lo que realmente debería tener en cuenta, como las necesidades de los clientes o como darles lo que buscan. No diseño pensando que \’estos zapatos servirán para trabajar\’ o \’tal zapato es para un casamiento\’, lo hago por mí", sostuvo.
Sin embargo, a pesar de su modestia, obtuvo una gran cuota de éxito desde la oferta de Gaga y una gran cobertura publicitaria en revistas como Marie Claire y Glamour.
Levi, quien aún trabaja en el mismo taller, fabrica cada par de zapatos a mano, no tiene stock y no conserva un inventario.
Aprendió a ponerle precio a sus creaciones, cada uno de sus diseños cuesta desde 800 hasta 3.000 dólares. "Es solo precio de lista, porque cada zapato constituye semanas de arduo trabajo", admitió.
“Mientras más loco sea el zapato, más caro sale, porque requiere de más tiempo y lo terminas comprando por el arte y el diseño", explicó.
"No se supone que sean cómodos, tienen que ser hermosos. No los usas para correr, los usas para verte bien", concluyó.