Emmanuel Sheffer (foto), el sobreviviente de la Shoá que dejó a Israel al borde del podio olímpico en México ’68 y dos años después lo dirigió en su única participación mundialista, en ese mismo país, falleció a los 88 años.
Nacido en Polonia en 1924, llegó a Israel en 1950 y después de una corta carrera como jugador se recibió de entrenador.
Tras una exitosa temporada con el Juvenil israelí asumió en la Selección en 1968, para alcanzar los cuartos de final olímpicos, donde quedó eliminado por sorteo ante Bulgaria, después de terminar 1-1 el suplementario.
En el Mundial empató dos (Suecia y el futuro subcampeón, Italia) de sus tres partidos del Grupo 2, tras una derrota inicial ante Uruguay.
Scheffer renunció a su regreso al país, volvió a la Selección entre 1978 y 1980 y poco después se retiró.
El mundo del fútbol israelí -actuales y ex entrenadores y jugadores y muchos hinchas- se reunió para despedirlo acongojado en el cementerio de Ramat Hasharón.
“Él supo hace 45 años lo que nosotros recién ahora entendemos”, reconoció Yitzhak Shum, quien jugó ese Mundial.
Para Avi Luzon, presidente de la Asociación de Fútbol de Israel, “es el mejor entrenador israelí de todos los tiempos”.
“Nos condujo a nuestro mayor logro y ningún técnico ha conseguido emularlo en estos 40 años”, justificó.
Todos los partidos de la Liga Principal comenzaron con un minuto de aplausos en memoria de Sheffer, quien se ganó la reputación de ser un duro que ponía énfasis en la aptitud física y reemplazó el viejo estilo de prácticas amateurs por un enfoque mucho más profesional.
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