Entre esta noche y el domingo, en la sede Tigre del Club Náutico Hacoaj será sede del Festival Dalia, “la festividad de rikudim por excelencia”, este año pensado para “utilizar el instrumento de la danza del pueblo judío para mostrar la aceptación de la diversidad, que es el leitmotiv del evento”, explicó a la Agencia Judía de Noticias (AJN) su titular, Ricardo Furman (foto).
Ello resulta “muy interesante, más allá del espectáculo y las distintas coreografías de conjuntos de todo el país y de algunos limítrofes”, agregó.
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“El acto central será el sábado a la noche, si D’s quiere con la presencia de la nueva embajadora de Israel (Dorit Shavit), el intendente Sergio Massa y autoridades de distintas instituciones”, anticipó el dirigente sociodeportivo.
Furman especificó que “Hacoaj tiene cuatro sedes -Capital, básicamente de entrenamiento de equipos; la histórica, pegada al río Tigre, donde tenemos una gran cantidad de actividades deportivas, especialmente remo, ya que nació como un club náutico; Isla, en el río Sarmiento; y el Club de Campo, a unos 5 minutos de la fundacional- y, entre socios y asociados, estará levemente por debajo de las 9.000 personas”.
“Nos estamos replanteando nuestra misión, y es forjar los valores del judaísmo a través del deporte, la cultura y las actividades sociales, o sea que si bien Hacoaj tiene un fuerte protagonismo deportivo y cultural, nuestro objetivo final es traer vida judía al club y que las familias incorporen esos valores, con una concepción plural: respetamos todas la formas del judaísmo”, aseguró.
“Siempre estuve ligado a las actividades deportivas: desde que nací fui socio de Hebraica; cuando iba al shule, al ‘Dr. Herzl’, las hacía al lado, en Macabi; y cuando todos mis amigos de Hebraica decidieron empezar a hacer remo, me vine a Hacoaj”, contó su actual presidente.
“Nunca me había picado el ‘bichito’ del dirigente hasta que empecé a hacer yudo, el deporte de mis dos hijos, y empezaron a pedirme que formara parte de la subcomisión”, hasta que “un buen día, el presidente anterior, Alejandro Filarent, me pidió que lo ayudara con la parte de comunicación y así empecé, como sin darme cuenta; también fui protesorero y secretario, y después de 4 años, presidente”, continuó.
Próximo a concluir su mandato, Furman recordó que “después de la crisis de 2001 y la frustrada fusión con Hebraica, todas las instituciones sociodeportivas terminaron en una situación económica y financiera endeble”.
“En la época de Filarent iniciamos un proceso para desendeudarnos y dejar una situación más estable, que creo que hemos logrado; gracias a una excelente relación con Vialidad y con (el intendente) Sergio Massa y su equipo pudimos zanjar esa famosa disputa por tierras linderas al Club de Campo e incorporar 10-12 hectáreas para hacer reserva deportiva o nuevos emprendimientos inmobiliarios; también pudimos destrabar el tema del estacionamiento enfrente de la sede Tigre, que tenía la concesión vencida y habríamos tenido un gravísimo problema de no haber podido renovarla, pero lo hicimos por 20 años; hicimos una gran cantidad de obras en el Club de Campo y en la sede Tigre, y firmamos un acuerdo por una posible quinta sede, Marinas Hacoaj, un fideicomiso de un grupo de inversionistas que compró un terreno enfrente del Club de Campo con la idea de desarrollar un emprendimiento inmobiliario de casas y departamentos con salida al río Luján, pero con una modalidad muy innovadora: Hacoaj no compró la tierra, sino que firmó un acuerdo de franquicia y el riesgo lo corren los inversores, que quieren ser ‘Hacoaj’ y pasarían a ser una quinta sede, mientras que nosotros recibiríamos una serie de beneficios económicos”, enumeró a modo de balance de sus cuatro años de gestión al frente de “Náutico”.
“Una asamblea extraordinaria aprobó el acuerdo en noviembre del año pasado y está pendiente en la Intendencia, con visto bueno, la aprobación de un puente que conecte la marina con el Club de Campo para que se pueda entrar directamente, y está por iniciarse el trabajo de movimiento de tierras para empezar la obra; calculamos que los emprendimientos podrían estar listos en dos o tres años, y entonces tendríamos unas 350 nuevas familias en Hacoaj”, estimó su titular de cara al futuro.
“Ahora interconectamos la sede Tigre con el Club de Campo con dos combis y una lancha colectiva para llegar a la Isla, y en dos a cuatro años podríamos conectarlas con la sede Marinas”, se entusiasmo quien se reconoció como “un soñador”.
De todos modos, para Furman “lo más importante fue dejar un grupo de gente unida, porque le puse mucho énfasis a trabajar varias corrientes políticas en una misma mesa directiva”.
“Trabajar en equipo es fundamental; de hecho, las decisiones fueron por consenso y en mis cuatro años no hubo que votar más que una o dos veces, una de las cuales perdí 6 a 1”, admitió.
El presidente de Hacoaj también tiene inquietudes políticas a corto plazo: “Soy contador, pero hace muchos años me dedico al mundo del marketing y la comunicación y desde este aporte me acerqué, hace un año, a Waldo Wolff, Jorge Knoblovits, Santiago Kaplun, Alejandro Donzis, etc., y creamos el espacio Nuevo Modelo Comunitario para trabajar por una DAIA unida y plural, que represente a toda la comunidad judía y sea apartidaria e independiente de cualquier gobierno, para tener la fuerza suficiente para negociar con quien sea”.
“Es un modelo de trabajo en equipo, con funciones específicas para cumplir, un programa que sea más importante que las personas y un proyecto para incorporar a gente joven y con ganas de trabajar”, describió.
“Estoy postulado como vicepresidente 2º porque se dio así, pero podría no haber sido candidato y trabajar en el área que me gusta, que considero clave para lo que se viene porque me da la impresión que se van a vivir años geopolíticamente intensos por todo lo que estamos viendo en los diarios”, anticipó Furman, quien finalmente les pidió a las instituciones afiliadas a la DAIA que a la hora de decidir por quién votar “reflexionen sobre las propuestas e ideologías, no sobre las personas”.
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