El vocero de la Cancillería israelí, Yigal Palmor, advirtió que “Irán es el mayor peligro para la paz y la estabilidad mundial”, al tiempo que consideró que la política de disuasión no funcionará con Teherán cuestionado por su controvertido programa nuclear.
“Irán es un régimen entre los más extremistas del mundo en su visión expansionista e imperialista, un régimen que exporta el terrorismo”, aseguró el portavoz en una entrevista exclusiva con la Agencia Judía de Noticias.
Palmor aseguró que Irán es “la primera prioridad” entre las preocupaciones de Israel porque “se trata de una amenaza estratégica de primer orden”.
“Irán no es solo un régimen que subvierte a los regímenes de alrededor de Israel y más allá en Oriente Próximo, de Marruecos hasta Yemen, desde Líbano hasta la Franja de Gaza, los está subvirtiendo y está exportando una ideología extremista, terrorista y violenta, sino que es un país que amenaza en transformarse en una potencia nuclear en el sentido militar de la palabra y eso es inaceptable”, sostuvo el diplomático.
Palmor consideró que Corea del Norte también representa una amenaza para la paz mundial, pero interpretó que en ese caso “puede funcionar la disuasión como funcionó en la Guerra Fría entre Estados Unidos y la Unión Soviética y como funciona entre India y Pakistán”.
“Hay quienes dicen que tampoco es tan grave que Irán se transforme en potencia nuclear porque habrá disuasión y no va cambiar nada. Pero no es así, va a cambiar todo y en primer lugar porque Irán está controlado por un régimen que ha introducido en la región la idea del atentado suicida”, sostuvo.
Para el vocero de la Cancillería israelí, “esa es la gran novedad introducida por la teología revolucionaria del régimen iraní”, aunque aclaró que “esta ideología no fue aceptada por todos los musulmanes”.
“Si en determinado momento piensan que (esta ideología) va a servir a su destino u objetivo histórico y teológico, que es atacar Israel, no van a ser disuadidos por nada. Además es un país muchísimo más grande que Israel o sea que puede soportar un hipotético contraataque mejor que Israel con sus 20 kilómetros cuadrados”, afirmó.
El efecto Irán entre los israelíes
Respecto de cómo repercute la amenaza iraní entre los israelíes, Palmor aseguró que el pueblo de Israel “no quiere que estalle una guerra”. “Los israelíes no tienen ninguna hostilidad con los iraníes, más bien al revés, ya que las películas iraníes son populares como la música persa”, añadió.
Incluso, Palmor comentó que una de las cantantes más populares de Israel, Rita, una artista israelí de origen iraní, acaba de grabar un disco con música persa que es muy popular en Irán, aunque en forma clandestina.
“Además se hizo una campaña en Facebook para declarar el amor al pueblo, a la gente iraní, y esto no le choca a nadie, es normal. No tenemos ningún recelo hacia el pueblo iraní, el problema es el régimen y la violencia que está exportando”, dijo.
El diplomático apuntó que “todo el mundo sabe que la ola de atentados suicidas que vivió Israel en los ‘90 fueron inspirados y financiados por Irán”. “Por eso la enemistad con el régimen iraní y el carácter extremista e intratable de este régimen y eso está claro en la opinión pública israelí”, sostuvo.
La penetración iraní en América Latina
En cuanto a la penetración iraní en Latinoamérica, Palmor afirmó que al gobierno israelí le consta que es “un área de predilección para Irán que se introduce en la región a través de la Venezuela de (Hugo) Chávez, que le brinda todo el apoyo posible que no encuentra en ningún otro sitio, ni siquiera en países como Sudán, que son bastante amigos con el régimen iraní”.
“Ni siquiera en países más marginales como Corea del Norte que ayudó a Irán a construir su programa nuclear, los iraníes encuentran tanta cooperación como la que les brinda Chávez”, insistió.
Por eso, el vocero confirmó que Venezuela es “el punto focal de la entrada iraní en América Latina y determinadas comunidades chiítas”. “Nos consta que determinadas comunidades chiítas habían servido de plataforma para los atentados de Buenos Aires en los años ‘90. La influencia iraní vía Hezbollah en aquellas zonas no es nueva y les permite desarrollar su actividad en la zona”, afirmó.
“También nos consta –continuó el vocero de la Cancillería israelí- que hay determinados regímenes que son justificados y legítimos que no entienden la verdadera naturaleza de la amenaza iraní y están tentados por una visión tercermundista de ofrecerle a Irán una puerta abierta y una salida de las sanciones internacionales, una libertad de acción y de movimiento que al final les va a jugar en contra de los gobiernos que le ofrecen esta libertad”, sostuvo.
Palmor consideró que es “muy frustrante y bastante decepcionante” que haya gobiernos que no entiendan la verdadera amenaza que representa Irán, pero advirtió que “hay que entender que no se puede jugar con fuego porque fuego con fuego quema los dedos”.
El funcionario señaló que Nicaragua, Ecuador y Cuba son otros de los países aliados del régimen iraní que en cierta medida despiertan preocupación en Israel.
“Lo que fue una gran decepción fue la tolerancia del gobierno brasileño con los iraníes. Hubo una tolerancia manifestada y una inocencia inexplicable en la gestión diplomática hacia Irán, y eso no se corresponde a un gran país como Brasil que pretende jugar un papel diplomático importante en el escenario internacional”, acusó Palmor.
La referencia tiene que ver con la mediación que Brasil ensayó durante la gestión de Luiz Inacio Lula Da Silva para mediar entre Teherán y las potencias occidentales por el controvertido programa nuclear iraní.
Críticas a la Argentina
Palmor también cuestionó a la Argentina por “algunas posiciones difíciles de explicar”. “No podemos hablar de cooperación (de parte del gobierno argentino) pero si de una posición nada intransigente hacia la naturaleza terrorista de este régimen. Con el terrorismo no se puede negociar y con el terrorismo internacional integrista menos”, advirtió el vocero.
Esta declaración estaría vinculada con la intención del gobierno de Cristina Kirchner de intentar negociar con Teherán un acuerdo para que los ciudadanos iraníes acusados de participar en el atentado a la AMIA se presenten a declarar ante la Justicia argentina.
“Cada posición que sea menos intransigente hacia el integrismo y el terrorismo es interpretada en Teherán como un aliento, una tolerancia y una puerta abierta para las actividades que quiere desarrollar”, aseveró.
-De acuerdo a su interpretación, ¿tampoco alcanza con los reclamos que la Argentina hizo ante la ONU?
-“En la ONU nunca se ha condenado a Irán porque hay un juego complicado que nada tiene que ver con lo que está ocurriendo fuera de la ONU. Es un juego de grupos parlamentarios que se apoyan y que intentan negociar propuestas y proyectos. Cuando un país pertenece a un grupo geográfico no le va ocurrir nada. Israel sigue siendo condenado en la Asamblea General porque es el único país que no pertenece a ningún grupo. Como ocurre en las asambleas parlamentarias, en la Argentina o en otros lugares, para existir en la Asamblea tienes que pertenecer a un grupo y es sabido que hay ocasiones en las que diputados aislados se juntan para un grupo técnico pese a que nada los une ideológicamente. Esto pasa porque se necesita ser parte de un grupo. A Israel le pertenece el grupo asiático, pero los faros de democracia que serían Irán, Arabia Saudita, Pakistán y Bangladesh no quieren que seamos parte del grupo y, por lo tanto, no estamos y en consecuencia no podemos jugar al juego de la ONU. Somos marginados en la ONU y eso explica las condenas repetidas, no el contenido ni el fondo, ni el tema, ni el dossier, Israel no es un país condenable. Sencillamente es un país que ha sido marginado por la fuerza bruta del grupo de países árabes e islámicos en el seno de la asamblea de la ONU”, respondió.
A diferencia de Israel, el vocero consideró que Irán “juega muy bien este juego de grupos y no fue expulsado de ninguno”.
Sin embargo, el funcionario reconoció que “en el Consejo de Seguridad se votaron sanciones (contra Irán) porque hay una política más ajustada a la realidad internacional”. “Por eso el Consejo de Seguridad no ha condenado a Israel y sancionó a Irán y esperamos que esas sanciones sean respetadas por todos los países”, añadió.
A 18 años del atentado a la AMIA, “el dolor sigue siendo el mismo”
Palmor también se refirió al próximo aniversario del atentado a la AMIA y aseguró que “el dolor sigue siendo el mismo como el primer día” del brutal ataque terrorista ocurrido el 18 de julio de 1994 con un saldo de 85 muertos y cientos de heridos.
“Han pasado 20 años del atentado a la Embajada de Israel y vamos a conmemorar el 18 aniversario del atentado a la AMIA, pero es como si todo hubiera ocurrido ayer. Estos atentados están conservados en nuestra memoria, el dolor sigue siendo el mismo, como el primer día”, expresó el portavoz.
Asimismo, Palmor garantizó que Israel “nunca va a olvidar” estos hechos y se comprometió a hacer “todo lo posible a nivel internacional, diplomático, de defensa y seguridad para que esto no vuelva a ocurrir nunca”.
“Esto no puede volver a ocurrir en la Argentina ni en ningún otro sitio. Esta memoria la conservamos en nuestro corazón y nos da ánimo para nuestro combate que sigue siendo el combate más importante para Israel que es el combate contra la violencia gratuita hacia los israelíes y los judíos. Donde sea esto nunca puede ser tolerado y es una prioridad de la diplomacia israelí”, afirmó Palmor.
Preocupación por la situación de Egipto
En cuanto a la situación política institucional de Egipto, el portavoz afirmó que ese país “está en una transformación que no acaba nunca y cada vez hay otra sorpresa con lo que está pasando”.
Por eso, consideró que “la política está cambiando sin que nadie pueda hacer predicción”.
-Shimon Peres dijo que hay que hacer acuerdos con los países y no con los dirigentes políticos. ¿Esa teoría encaja con el caso de Egipto?
-“No, porque no sabemos que es Egipto, será hermandad musulmana, liberales demócratas o el consejo militar que rige el país, o será una sociedad mixta. ¿Qué será Egipto? A nosotros no nos pertenece dar una definición de lo que va a ser Egipto, le pertenece a los egipcios y hasta el momento no han dado una definición y no sabemos cuánto van a tardar después de su revolución para tener una identidad definida. No se puede hablar de un país porque no es una entidad homogénea”, respondió.
Palmor aseguró que Israel quiere “ser amigo de todos”. “Pero es bien entendido de que no podemos ser amigos de todos, ni de los halajistas, ni de los extremistas. ¿Quién va a imponer una identidad al nuevo Egipto? Nosotros no tenemos ni idea y ningún experto en el mundo lo puede hacer. Lo único que podemos hacer es observar y decir que tenemos una mano extendida a quien quiera”, agregó.
Respecto del reclamo democrático del pueblo egipcio, Palmor señaló que en ese pedido “hay tantas facetas distintas que nadie puede hablar de un Egipto homogéneo”. “Hay un sector demócrata liberal o demócrata conservador, pero hay muchos que no lo son y utilizan la democracia para llegar a su fin, pero no van a mantener ninguna de las instituciones”, indicó.
“Nos preocupa mucho lo que pasa en Egipto porque está ocurriendo al lado nuestro, en nuestra frontera y la seguridad de la frontera depende de esto. Seguimos lo que se está desarrollando en Egipto no como observadores alejados con interés intelectual sino como vecino directamente afectado por lo que está pasando en ese país”, concluyó el vocero de la Cancillería.