La tragedia de los incendios forestales en Monte Carmel ahogó la reacción política internacional que generó el anuncio realizado por el gobierno de Brasil reconociendo a un Estado palestino dentro de las fronteras de 1967.
El gobierno de Benjamin Netanyahu, que fue sorprendido con la guardia baja tras el anuncio del gobierno de Luiz Inacio Lula Da Silva, no pudo evitar el segundo golpe que significó el reconocimiento de la Argentina, que obligó a la Cancillería a dar instrucciones precisas a las representaciones diplomáticas en todo el mundo.
Según informó el portal de noticias Ynet, un importante número de embajadores y representantes de los estados latinoamericanos pasaron por el Ministerio de Relaciones Exteriores en las últimas semanas.
Algunos de los encuentros se “celebraron” en medio de advertencias y protestas, pese a defender la intención de reconocer un estado palestino dentro de las fronteras de 1967.
Desde la Cancillería insistieron en que “ese reconocimiento” de Lula como de Cristina Kirchner “dañará el proceso de paz y empujará a los palestinos fuera de las negociaciones”.
Pese a que Brasil abrió el juego, fue la declaración del canciller Héctor Timerman, confirmando el reconocimiento argentino, lo que llevó a Israel a comenzar a evaluar los daños y la formulación de su posición.
Sin embargo, recién el lunes pasado el director general de la Cancillería, Rafi Barak, dio instrucciones a todos los representantes de Israel en el mundo.
Los diplomáticos recibieron un menú de argumentos explicativos y legales contra las aspiraciones palestinas hacia el reconocimiento internacional de su estado, y en contra de los intentos de promover resoluciones de la Asamblea General de la ONU que condene a Israel.
Los intentos palestinos para cosechar el reconocimiento internacional de un Estado no son nuevos en Israel. En noviembre de 1988, el presidente de la OLP, Yasser Arafat, anunció el establecimiento y la independencia de Palestina durante una convención del Consejo Nacional Palestino en Argelia. Tras el anuncio de Arafat, 94 estados reconocieron el estado palestino, pero sin bendición de las Naciones Unidas.
Los problemas de reconocimiento internacional y la falta de definición territorial sobre la que construir un estado de hecho transformó el anuncio de Arafat en un simple espectáculo.
Más allá de los antecedentes históricos, para la prensa israelí “no fue casualidad que haya sido Brasil quien inició el camino en el reconocimiento de un estado palestino dentro de las fronteras de 1967.
Brasil es considerado como un actor central en América Latina y en la comunidad internacional. Es el quinto estado más grande del mundo con la octava economía más grande, y bajo el liderazgo del presidente Lula da Silva, Brasil está mostrando señales de aspirar a un papel aún más internacional, caracterizado por su calidad de miembro temporal en la ONU Consejo de Seguridad.
Aunque en los últimos años Brasil se ha convertido cada vez más pro-palestino en la arena política, Israel ha sido alentado por una serie de acuerdos económicos y la cooperación en el ámbito militar. Pero hace unos dos dramático anuncio de Brasil semana marcó el comienzo de una ola de reconocimiento, con Argentina y Bolivia traje siguiente.
Un diplomático de un país de América Latina indicó durante una conversación con Ynet, que “sin generalizar, los países latinoamericanos se consideran los desfavorecidos estados del sur hacia los ricos países desarrollados del norte”.
“A menudo actúan como un bloque, con Brasil a la cabeza y los otros pies hacia dentro de la línea. No es de extrañar que la Argentina haya seguido al gobierno de Lula, y es probable que Uruguay pronto actuará de igual modo”, agregó.
A pesar de que la posición de Israel es considerada razonable por los estados latinoamericanos, hay temores de que otros países se sumen al reconocimiento palestino. Un candidato inmediato es Ecuador, de acuerdo a un informe del Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel.
No obstante, la lucha del gobierno de Netanyahu está centrada en el reconocimiento de un Estado palestino por parte de Chile, que tiene una población árabe de alrededor de medio millón, y México, que podría sumarse al reconocimiento.
"Si Chile y México siguen Brasil y Argentina, esta será una señal para todos los demás países de América Latina", advirtió la fuente consultada por Ynet.
Sin embargo, aclaró que siempre y cuando la onda se mantenga dentro de las fronteras de América Latina, el daño a Israel no será grande.
GB
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