Itongadol.- Entrevista exclusiva de Itongadol al analista político Gabriel Ben-Tasgal, autor de la colección 300 Preguntas en 300 Palabras, quien lanzó una campaña internacional para exigir sanciones contra España dentro de la Alianza Internacional para el Recuerdo del Holocausto (IHRA), tras los dichos del presidente Pedro Sánchez sobre Israel.
– ¿Qué motivó su campaña para exigir la suspensión de España de la IHRA?
– Las palabras del presidente Pedro Sánchez acusando a Israel de cometer un genocidio no son solo una aberración moral y política, sino que violan explícitamente la definición de antisemitismo adoptada por la IHRA. No se puede ser miembro de una organización que combate el antisemitismo mientras se lo promueve desde el poder. Esta campaña busca marcar un límite ético y político claro.
– ¿En qué puntos concretos esa acusación entra en conflicto con la definición de la IHRA?
– Sánchez incurre en tres violaciones graves. Primero, compara a Israel con regímenes genocidas como el nazismo. Segundo, cuestiona el derecho de autodeterminación del pueblo judío al negar la legitimidad del Estado de Israel. Y tercero, aplica un doble rasero, exigiendo a Israel estándares que no se aplican a ninguna otra nación del mundo, ni siquiera a dictaduras como Irán o Siria. Eso es antisemitismo, tal como lo define la IHRA.
– ¿Por qué cree que el Presidente español incurre en estas declaraciones?
– Sánchez se apoya políticamente en sectores de la extrema izquierda que odian abiertamente a Israel. Pero esto no es nuevo ni espontáneo. España arrastra siglos de educación antijudía: desde las conversiones forzadas bajo los visigodos, la Inquisición, la expulsión de 1492, escritores como Quevedo o Lope de Vega con discursos abiertamente antisemitas, hasta el franquismo con su teoría del contubernio judeo-masónico. Hoy, ese legado se disfraza de antisionismo militante. El problema no es solo Sánchez, es el terreno fértil sobre el que se construye ese discurso. Eso sí, no hay que generalizar: en España también hay muchos amigos y defensores sinceros de Israel.
– ¿Qué rol tienen los medios en este fenómeno?
– Lamentablemente, un rol protagonista. Los medios reproducen sin verificar los partes de prensa de Hamás, presentan a Israel como un monstruo sin contexto, sin balance, sin crítica al terrorismo palestino. Esa narrativa, emocional y sin datos duros, alimenta una percepción absolutamente distorsionada. Hoy, en lugar de libelos medievales, tenemos titulares de “genocidio” y “apartheid”. Pero el objetivo sigue siendo el mismo: deslegitimar al judío, hoy representado por Israel.
– ¿Criticar a Israel no es parte del debate democrático?
– Por supuesto que sí. Pero una cosa es crítica, y otra es difamación sistemática. Israel es una democracia vibrante, donde los propios ciudadanos critican abiertamente a su gobierno. Pero cuando desde fuera se criminaliza a Israel sin base, ignorando su derecho a defenderse de un grupo como Hamás, que lanza cohetes desde escuelas y hospitales, eso no es crítica: es antisemitismo con otro disfraz.
– ¿Qué impacto espera que tenga esta campaña?
– En primer lugar, que se abra el debate. Que se entienda que pertenecer a la IHRA implica cumplir su definición, no violarla. En segundo lugar, que España sea interpelada públicamente por su doble discurso. Y tercero, que las comunidades judías del mundo sepan que no están solas: que hay quienes denuncian la normalización del odio hacia el Estado judío, aun cuando se lo presente en lenguaje “progresista”.
– ¿Otros gobiernos podrían apoyar esta medida?
– Algunos ya están atentos. La credibilidad de la IHRA está en juego. Si permite que sus miembros promuevan discursos antisemitas sin consecuencias, se vacía de contenido. Esta campaña busca precisamente eso: coherencia y respeto por los valores que decimos defender.
– ¿Qué mensaje le daría a la comunidad judía y a los lectores de Itongadol?
– Que estén alertas, que no minimicen este tipo de discursos. El antisemitismo actual no siempre lleva uniforme o esvástica; muchas veces viene disfrazado de causa humanitaria. Pero si esa causa solo tiene espacio para condenar a un único país, y ese país es el único Estado judío del planeta, entonces estamos frente a una vieja enfermedad con ropas nuevas.
Link a la campaña: https://chng.it/L2xVFLG9c7