Itongadol/Agencia AJN.- El Tribunal Superior de Justicia de Israel dictaminó, por mayoría, que la decisión del gobierno de destituir al jefe del Shin Bet, Ronen Bar, fue tomada de forma «indebida» e «ilegal».
El presidente del Tribunal Supremo, Isaac Amit, y la jueza Daphne Barak-Erez concluyeron que el gobierno no cumplió con su obligación de presentar el asunto ante el Comité Asesor de Nombramientos Superiores, como había ordenado la procuradora del Estado.
El vicepresidente del Tribunal Supremo, Noam Sohlberg, discrepó, alegando que las demandas habían quedado abstractas tras la decisión de Bar de dimitir el próximo mes.
La opinión mayoritaria del tribunal también dijo que Benjamin Netanyahu tenía un conflicto de intereses al recomendar el despido de Bar debido a la investigación en curso del Shin Bet contra colaboradores cercanos al primer ministro en el caso «Qatargate».
El tribunal afirmó que la decisión de despedir a Bar se tomó «sin fundamento fáctico» y sin haberle concedido una audiencia formal antes de decidirlo.
Sin embargo, el tribunal afirmó que, tras el anuncio de Bar de su dimisión el 15 de junio, no emitirá una orden operativa sobre el asunto.
Ministros del gobierno recurrieron a las redes sociales para acusar al Tribunal Superior de Justicia de violar la democracia, mientras que la oposición aplaudió la medida.
“Una vez más, el Tribunal Superior pisotea la autoridad explícitamente legal del gobierno”, escribió el ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, calificando la decisión de “horriblemente política” y acusando a Bar de actuar contra la democracia.
“Es positivo que, incluso sin la terrible sentencia del Tribunal Superior, el gobierno pronto se despedirá de Ronen Bar”, afirmó, y añadió que espera que el primer ministro nombre a alguien más satisfactorio.
El ministro de Comunicación, Shlomo Karhi, afirmó: “El Tribunal Superior ha roto con la democracia y el sentido común y debe ser desmantelado y reconstruido”, prometiendo que un nuevo Tribunal Superior solo dictaría sentencias conforme a las leyes de la Knéset.
El presidente de Los Demócratas, Yair Golan, escribió que la decisión del tribunal fue una medida obvia debido a los problemas legales de Netanyahu y que mientras él esté siendo investigado, no se le debería permitir nombrar a un jefe del Shin Bet que le sea “conveniente”.
“Israel nació como una democracia y seguirá siéndolo.”
La legisladora laborista Merav Michaeli dijo que, a la luz de la decisión, la procuradora del Estado Gali Baharav-Miara debería ordenar que Netanyahu sea «destituido de su cargo», afirmando que el fallo, así como las investigaciones a la Oficina del Primer Ministro por el escándalo «Qatargate», deberían descalificarlo para decidir quién será el próximo jefe del Shin Bet.