El violento ataque y persecución a gran escala contra los hinchas de fútbol israelíes, que tuvieron lugar ayer en Ámsterdam, no es nada menos que un pogrom.
Los agresores vagaron por las calles pidiendo a la gente que mostrara sus pasaportes y robando y publicando los de los israelíes en Internet. Se registraron atropellos con coches e intentos de arrojar a la gente al río.
Las fallas en la protección por parte de la ciudad de Ámsterdam son inaceptables, pero no sorprenden debido a que las fuerzas policiales no fueron sancionadas previamente, cuando se negaron a proteger sinagogas y otros lugares judíos, y no protegieron la conmemoración del 7 de octubre.
Aunque 62 personas han sido detenidas hasta ahora, pedimos una acción amplia y decisiva frente al odio.