AJN/Itongadol.- Las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) israelíes han caído alrededor de un 10% per cápita en la última década, según un informe del último Estudio Económico de la OCDE.
Sin embargo, las emisiones del transporte, los procesos industriales y los residuos han seguido aumentando enormemente, mientras que la expansión de las energías renovables se enfrenta a varias barreras.
“La intensidad de las emisiones ha disminuido, pero la contaminación del aire sigue siendo una preocupación”, dijo el informe publicado el lunes. “La mayoría de los israelíes todavía está expuesta a una fuerte contaminación de partículas pequeñas, muy por encima del límite recomendado por la OMS de 10 microgramos por m3”.
La OCDE destacó cómo el descubrimiento de yacimientos de gas en alta mar llevó a Israel a abandonar el carbón y optar por el gas natural para la generación de electricidad y mejoró la seguridad energética del país.
Para descarbonizar el sector eléctrico -el emisor más importante de GEI, con un 40% de las emisiones totales- se requiere un impulso de las energías renovables.
“Depender predominantemente del gas natural pondrá en peligro la necesaria descarbonización profunda en ausencia de un despliegue generalizado de tecnologías de captura y almacenamiento de carbono”, dijo el informe.
Sin embargo, la expansión de la energía renovable enfrenta desafíos, incluido el alto precio de la construcción de la red y la capacidad de almacenamiento, y la ausencia de procedimientos simplificados para obtener permisos.
“Impuestos al consumo de combustible más altos sobre el gas natural harían que la producción de energía renovable fuera más competitiva. Además, las centrales eléctricas a gas tendrían valor como respaldo para producir electricidad gestionable para compensar la intermitencia de las energías renovables”, según la OCDE.
El informe también recomendó que Israel exporte su gas natural a países donde podría ayudar a reducir el uso de carbón e importar energía renovable de países vecinos para complementar la generación nacional.
Israel firmó recientemente una declaración de intenciones con los Emiratos Árabes Unidos y Jordania para proporcionarle electricidad solar a cambio de agua desalinizada.
El Ministerio de Protección Ambiental ha estimado que si los paneles solares se distribuyeran adecuadamente, las instalaciones solares podrían generar el 40% de la generación total de electricidad para 2030. Actualmente, solo alrededor del 10% de la energía israelí proviene de la energía solar.
Las autoridades han establecido objetivos de emisiones ambiciosos, incluida la reducción de nuevas emisiones en un 27% para 2030 y un 85% para 2050.
“El Plan Nacional de Acción sobre el Cambio Climático 2022-2026 define más de cien medidas para reducir las emisiones de electricidad, transporte, industria, edificios y residuos. Sin embargo, aún no se ha cuantificado la contribución de las medidas a los objetivos de reducción. Además, el proyecto de ley aún no ha sido aprobado por el Parlamento, lo que fortalecería la responsabilidad del gobierno”, dice el informe.
El transporte es el segundo mayor generador de gases de efecto invernadero y representa alrededor del 40% de todas las emisiones. El informe recomendó expandir a corto plazo la calidad de los servicios de autobús y completar a largo plazo el desarrollo de un metro en Tel Aviv para 2032.