Itongadol.- El Likud no aceptará una demanda de todos sus socios de negociación de la coalición para cancelar la «cláusula del abuelo» en la Ley de Retorno y, en cambio, ofreció formar un comité para evitar la explotación de los derechos otorgados a los nuevos inmigrantes en Israel, informó Walla el martes.
El informe no fue confirmado por el Likud.
La cláusula del abuelo otorga el derecho de inmigración a Israel a cualquier persona que tenga un abuelo judío, incluso si no es judío según la Halajá (ley judía).
Los socios de negociación del Likud (Shas, Judaísmo Unido de la Torá, Partido Sionista Religioso, Otzma Yehudit y Noam) están dirigidos por hombres religiosos y, salvo Otzma Yehudit, son completamente ortodoxos. Las partes, por lo tanto, ven a un judío como alguien nacido de madre judía.
A la idea de cancelar la cláusula del abuelo se oponen los miembros de la Knesset de la futura oposición, especialmente los de Israel Beytenu, muchos de cuyos electores pudieron ir a Israel debido a esa cláusula.
Las negociaciones entre el Likud y los otros partidos están en curso. Todos los partidos ya acordaron una distribución de cargos, pero aún están negociando qué leyes aprobará la coalición entrante.
Asimismo, el Likud negó un informe del lunes por la noche que afirmaba que el primer ministro designado, Benjamin Netanyahu, había acordado detener la generación de electricidad en todo Israel en Shabat, entre otras promesas hechas a la facción jaredí (ortodoxa) Judaísmo Unido de la Torá (UTJ) como parte de las negociaciones de coalición.
El canal 12 (N12) israelí informó que el Likud llegó a un acuerdo con UTJ que incluía varias cláusulas controvertidas que los diputados de la oposición dijeron que violaban el statu quo. Además, el primer ministro Yair Lapid expresó que Netanyahu nos está «llevando a convertirnos en un Estado halájico».
Como parte de los acuerdos denunciados que luego fueron desmentidos por el Likud, N12 agregó que el próximo gobierno de Israel detendrá la generación de electricidad en Shabat, financiará los libros sagrados e institutos dedicados a responder preguntas halájicas y aumentará el número de playas segregadas por sexo en Israel.
Además, el gobierno también emprenderá acciones afirmativas para integrar a los hombres jaredís en las empresas estatales, entre otras cláusulas añadidas al acuerdo de coalición, según se informó.
Esto se une a los cambios acordados previamente, como la decisión de duplicar la subvención gubernamental a los estudiantes jaredís de la yeshivá (escuela de estudios religiosos).
Sin embargo, tras la indignación pública por el supuesto acuerdo, el Likud emitió un comunicado en el que negaba que el acuerdo se hubiera ultimado, aclarando que la lista publicada por N12 es una lista de las demandas de UTJ en las negociaciones y que Netanyahu no accedió a promulgar todos los cambios denunciados.
La declaración del Likud citaba específicamente la cláusula de electricidad como una de las cuestiones con las que el Likud no está de acuerdo.
El rabino Yitzchak Goldknopf, diputado de UTJ, quien inicialmente ridiculizó la negación del Likud al comentar que el acuerdo está «hecho» en imágenes tomadas en la Knesset, envió una declaración señalando que los equipos de negociación de los dos partidos se están reuniendo actualmente para finalizar el acuerdo de coalición.
El Likud concluyó que «cualquier acuerdo final mantendrá el statu quo en materia de religión y Estado».
El presidente de Israel, Isaac Herzog, decidió a primera hora de la tarde del viernes prorrogar por diez días el plazo concedido al presidente del Likud, Benjamin Netanyahu, para formar gobierno.
Esta decisión se produce un día después de que Netanyahu solicitara una prórroga de su mandato para formar una coalición.
Herzog escribió en un comunicado: «He decidido por propia autoridad ampliar en 10 días el plazo que se le ha dado para cumplir con el deber de formar gobierno».