Itongadol.- Mucho se podría decir sobre él, tanto por su destacada actividad profesional como por su comprometida dedicación a la actividad comunitaria. Sin embargo, en este apesadumbrado momento, mis sentimientos y recuerdos me conducen a querer destacar, por sobre todo, que Jorge fue un MENTCH, un SEÑOR; así como lo escribo; con mayúsculas.
Lo conocí hace cerca de treinta años en circunstancias muy difíciles para la AMIA, cuando yo era un joven “invitado permanente” en la Comisión Directiva de entonces. Algunos conocidos me habían recomendado que hablara con él porque consideraban que era valioso conocer su punto de vista sobre los problemas que entonces nos aquejaban… y eso hice. Recuerdo todavía ese momento, un viernes cerca de mediodía, día y hora en que acostumbraba reunirse con Beny Zugman para fumar habanos. Salí de su oficina reconfortado por la calidez de su trato y con la convicción de haber hallado un amigo al que siempre iba a poder recurrir, incondicionalmente y sin protocolos… y así fue.
A lo largo de los años subsiguientes siempre encontré en Jorge el consejo fraterno, producto de su su visión profunda de la realidad; y su ayuda desinteresada en la circunstancias más diversas.
Jorge acaba de irse, sé que a muchos de aquellos que tuvimos el honor de conocerlo nos va costar mucho acostumbrarnos a su ausencia y, sin dudas, ya comenzamos a extrañarlo. Baruj Daián Ha-Emet.
*Leonardo Jmelnitzky. Ex presidente de la AMIA
