Itongadol.- La agrupación UNA AMIA realizó el pasado domingo una actividad virtual titulada “Experiencias de Gestión” con tres expresidentes de la mutual judía: Abraham Kaul (2002-2005), Guillermo Borger (2008-2013) y Luis Grynwald (2005-2008), coordinado por Gabriel Slavinsky.
Mónica Cullucar tuvo a su cargo la presentación de cada uno de los expresidentes, a quienes se les otorgó un tiempo de 12 minutos para que se refirieran a sus experiencias cuando estuvieron al frente de la conducción de la Kehila.
Abraham Kaul, el primero en hacer uso de la palabra, dividió su presentación en dos. La primera parte la dedicó a contar sus experiencias, seguido por la exposición de su opinión por el momento actual que está atravesando la comunidad.
Kaul resaltó que llegó a la presidencia de la AMIA como resultado de un consenso entre todas las facciones que participaban en la vida política de la institución, quienes decidieron unirse para enfrentar la crisis que sufría el país y conformar una lista única para la renovación de autoridades.
Además, Kaul recordó que durante su presidencia se logró estabilizar la situación patrimonial de la AMIA, para lo cual la unidad evito la confrontación política comunitaria, y que mantuvo un acuerdo no escrito con el por entonces presidente de la DAIA, José Hercman, para evitar enfrentamientos. También destacó el trabajo mancomunado que se realizo para enfrentar la crisis económica, para lo cual la AMIA consiguió el apoyo del Congreso Judío Mundial, de la Agencia Judía y del Joint, que además se encargó de auditar la correcta distribución de los fondos que se recibieron para ayudar a los judíos afectados en el país.
Al referirse al momento actual, el expresidente sostuvo que la crisis actual es muy diferente a la del 2001/2002, ya que esta generará un cambio en la vida de cada ser humano, por lo que consideró necesario proponer la formación de un comité de crisis
liderado por la AMIA para enfrentar la pandemia. También propuso la creación de una mesa coordinadora que tengo una mirada abierta para enfrentar los problemas económicos de la comunidad, tanto de las instituciones como de las personas, en la que AMIA y FEJA, la federación de escuelas judías, trabajen en conjunto para en definitiva lograr la reactivación comunitaria.
Por su parte, Guillermo Borger explicó que fue electo presidente de AMIA sin haber participado de la elección. Sobre su gestión, resaltó que fue la más larga en la historia de la institución pues duró 5 años en lugar de los 3 tradicionales, y que durante los mismos hubo muchos desafíos.
El primero de ellos fue el discurso que el presidente de AMIA pronunciaba en el acto de homenaje del 18 de julio por un nuevo aniversario del atentado a la institución de 1994, y que tuvo que dar a poco más de un mes de su asunción, donde efectuó el reclamo de justicia y criticó la falta de avances en el esclarecimiento y castigo de los inspiradores del atentado.
También se refirió a sus iniciativas para apoyar la educación judía y a las comunidades del interior del país, para lo que visitó a todas las escuelas judías posibles, primarias y secundarias, para conocer «in situ» sus problemas y conversar directamente con sus directivos y docentes.
Respecto a las comunidades del interior del país, asumió la responsabilidad de presidir el Vaad Hakehilot, la Federación de Comunidades Judías de la Argentina, y viajar a conocerlas personalmente. Destacó que fue invitado a acompañar al Presidente de la Nación cuando daba su discurso en la Asamblea de las Naciones Unidas, y que mantuvo una muy buena relación con el Gobierno Nacional. Tanto es así que para la Cena Anual de la AMIA de 2010 la presidenta Cristina Fernández de Kirchner asistió a la misma y fue la principal oradora de la velada.
Por último, fue el turno de Luis Grynwald, quien como miembro de UNA AMIA agradeció Kaul y a Borger su participación en la actividad. En primer lugar, destacó que conducir la AMIA no es tarea de una persona, sino de un equipo por lo que agradece a todos los que colaboraron con él en la gestión, y luego se refirió a tres ítems que consideró fundamentales.
El primero fue la educación judía, afirmando que en su gestión se aumentaron los subsidios en un 200%, que apoyaron la formación de docentes. Sin embargo, lamentó no haber podido implementar dos proyectos: crear los jardines maternales barriales y lograr jerarquizar a los docentes de las escuelas judías-
El segundo ítem fue la labor efectuada para la denominada tercera edad, con la inauguración en 2006 del edificio de la calle Uriburu 650, donde comenzó a funcionar el Centro de Día, una huella que quedó para el futuro.
La última de las tareas mencionadas por Grynwald fue la gestión realizada para lograr que INTERPOL volviera a establecer las alertas rojas sobre los presuntos implicados iraníes en el atentado a la AMIA. Recordó que en conjunto con la Cancillería argentina acordaron que la AMIA efectuara una silenciosa labor visitando a casi todos los embajadores de los países que formaban parte de INTERPOL para explicarles la necesidad de restablecer las alertas rojas.
A continuación, los tres ex presidentes de AMIA respondieron a varias preguntas enviadas por los participantes de la actividad, entre las que se pudieron observar a varios dirigentes comunitarios, en su gran mayoría identificados con UNA AMIA.
Al finalizar, tanto Kaul como Borger agradecieron la invitación y ponderaron la iniciativa de establecer un diálogo entre dirigentes, resaltando Kaul su planteo de la necesidad imperiosa de una comunidad unida. Grynwald, por su parte, manifestó que es necesario reestructurar la comunidad, pues la misma cambiará y hay que racionalizar su conducción.
El cierre estuvo en manos de Alejandro Kladniew, postulado por UNA AMIA para presidir la Kehila cuando se produzca el próximo cambio de autoridades, quien destacó que la comunidad debe seguir el rumbo del diálogo, teniendo muy en claro que no es lo mismo administrar y coordinar que liderar las instituciones de la comunidad.
EACh