Carlos Borer es especialista en Enfermedades Infecciosas, nació en Buenos Aires y actualmente es director de la Unidad de Prevención de Infecciones Intrahospitalarias del Centro Médico Soroka en Israel. En diálogo con la Agencia AJN, destacó que “lamentablemente vamos a ver nuevos brotes en distintos países hasta que se desarrolle una vacuna que sea efectiva y durable”.
Agencia AJN (Por Lais Vázquez).- “No hay debate entre salud y economía.” Así de categórico es el infectólogo argentino-israelí Carlos Borer, director de la Unidad de Prevención de Infecciones Intrahospitalarias del Centro Médico Soroka en Israel. “Es la primera vez que la humanidad se enfrenta con una pandemia en un mundo supuestamente organizado, globalizado y en parte desarrollado. La pandemia expone la prioridad que cada país pone, puso y va a poner en el sistema de salud de cada pueblo”, subrayó en una entrevista con la Agencia AJN.
Borer nació en Buenos Aires, vivió en el barrio de Caballito, estudió en la UBA y en 1987 decidió hacer aliá (emigrar a Israel). Allí, hizo su especialidad en Clínica Médica y luego en Enfermedades Infecciosas. En el año 2000 viajó a Estados Unidos, donde hizo su fellow ship (subespecialidad) de Epidemiología Hospitalaria.
Respecto a la situación que está atravesando actualmente Israel, Borer opinó que “la pandemia del SARS-COV-2 en estos momentos está, se podría decir, controlada. Se está abriendo el mercado, negocios, educación, deportes, pero intentando adaptar la base de Mask-Distance-Hygiene (Máscaras-Distancia-Higiene)”.
Borer también es profesor asociado de la Universidad Ben-Gurión, donde dirige cursos de prevención y control de infecciones hospitalarias, dentro del Master of Public Health (MPH). Tiene cientos de trabajos y presentaciones internacionales publicadas, su mayor área de investigación son las infecciones producidas por bacterias resistentes a los antibióticos. Hoy en día existen muchos trabajos de investigación conjunta entre la Universidad Ben-Gurión y el Centro Médico Soroka para combatir el coronavirus, por ejemplo, sobre populaciones de riesgo en el sur de Israel.
-¿Cómo es su trabajo en el Hospital Soroka para prevenir enfermedades infecciosas?
-En Israel tengo dos cargos: soy director de la Unidad de Prevención de Infecciones Intrahospitalarias. Mi unidad tiene 2 médicos y 8 enfermeras que son máster en salud pública. Mi otro cargo es de director de taskforce de 8 hospitales que pertenecen a Clalit Healthcare Services, donde desarrollamos un sistema de trabajo en conjunto, incluso base de data (IT), pautas y directivas a todos los hospitales.
-¿Cómo está viendo en este momento la situación del COVID-19 en Israel?
-La pandemia del SARS-COV-2 en Israel en estos momentos está, se podría decir, controlada. Israel responde rápidamente en situaciones de emergencia y aplicó medidas de contención muy a tiempo. Asimismo, se hicieron cambios dentro de los hospitales, ampliando la cantidad de camas de terapia intensiva. La base de la contención de la pandemia en inglés se llama las tres T (Test, Tackle, Trace), que significa amplio diagnóstico de la población (test), aislamiento inmediato (tackle) y búsqueda de contactos a través de los celulares (trace). Ahora se está abriendo el mercado, negocios, educación, deportes, pero intentando adaptar la base de Mask-Distance-Hygiene (Máscaras-Distancia-Higiene) en cada una de las actividades cotidianas, incluso dentro de los hospitales. Por ejemplo, personal médico, pacientes y visitas, todos tienen que usar barbijo, cuidar distancia e higiene de las manos con agua y jabón.
-¿Cómo cree que manejó la pandemia el mundo en general?
-En el mundo, como cualquier situación de emergencia, hay países con más experiencia como China, Taiwán o Singapur, que tuvieron en el 2003 el SARS y desarrollaron un sistema rápido de respuesta con muchísimos protocolos, sabiendo cada uno qué hacer y eso los ayudó mucho a la contención del SARS –COV-2.
Países europeos que no tomaron medidas de contención amplias y a tiempo tuvieron una dispersión enorme y lamentablemente incluyó a la población de riesgo de alta mortalidad.
En estos momentos, cada país está tratando de llegar a un equilibrio económico-político-social-salud que permita seguir una rutina hasta que se desarrolle una vacuna o haya medicación efectiva o el virus pierda o disminuya su capacidad de contagio (mutar).
-¿Hay esperanzas de desarrollar una vacuna pronto, ya sea en Israel o en otros países?
-Sobre vacunas contra la familia de virus Corona, en particular el SARS-COV-2, mi idea personal es que no va a ser muy fácil y va a llevar tiempo. Lamentablemente vamos a ver nuevos brotes en distintos países hasta que se desarrolle una vacuna que sea efectiva y durable.
-¿Qué opina sobre el debate entre salud vs. economía?
-No hay debate entre salud y economía. Es la primera vez que la humanidad se enfrenta con una pandemia en un mundo supuestamente organizado, globalizado y en parte desarrollado. La pandemia expone la prioridad que cada país pone, puso y va a poner en el sistema de salud de cada pueblo. Un país puede ser muy rico, muy desarrollado, pero sin prioridad en el sistema de salud para sus habitantes, y el resultado es lamentable. Por otro lado, hay países mucho más pobres donde la salud y prevención es parte del sistema y la pandemia está afectando mucho menos de lo que se esperaba. Lo que sí es obvio es que la Organización Mundial de la Salud (OMS) fracasó. No hubo y no hay una directiva mundial organizada, cada país hizo y hace lo que puede, sin casi capacidad de poder ayudarse de un país a otro.
Agradecemos a Judith Suton, médica argentina que trabajó en el Centro Médico Soroka, por su colaboración para hacer esta nota.