Iton Gadol.- Ariel Goldgewicht, director del departamento latinoamericano del Keren Kayemet LeIsrael, compartió sus reflexiones y deseos para las festividades que comienzan.
Estimados Amigos:
El día de hoy, domingo 22 de diciembre 2019, iniciamos los judíos la festividad de Janucá con la ceremonia de encendido de la primera vela del candelabro, recordando el milagro que D-os permitió, haciendo que el aceite que apenas alcanzaba para un sólo día surtiera de manera brillante durante ocho días. Por las próximas ocho noches, iniciando hoy, nos reuniremos junto a nuestros seres queridos, para recordar el milagro que nos dio el todo poderoso, en aquella época en estos días.
Esta fiesta simboliza para nosotros, no sólo la prueba de que D-os está con nosotros iluminando nuestro camino y apoyándonos en los momentos más oscuros con una llama brillante que nos ilumina el alma y nos motiva a seguir adelante a pesar de cualquier obstáculo que se encuentre en nuestro camino, sino que también nos impulsa a regocijarnos con nuestros hijos, contando la historia de los Macabeos y cómo a pesar de ser inferiores en tantas áreas, fueron victoriosos con la ayuda del todo poderoso. Yehudá ben Mattitiauh de la familia de los Hashmoneos, mejor conocido como Yehuda Hamaccabi (quien vivió en las colinas de Modi´in, las mismas colinas que observo desde mi balcón en mi casa, mientras escribo estas palabras), llevó adelante una victoria inimaginable en contra de la lógica común otorgándole la libertad religiosa a todos los habitantes de judea en contra de Antiochus Epifanes IV quien intentaba enviar al judaísmo al olvido histórico. Esta fiesta que celebramos actualmente nos recuerda no sólo el valor de la gran victoria en el año 166 a.c. sino que insiste nuevamente en la importancia de educar a nuestros hijos con los legados milenarios de nuestro pueblo.
Aprovecho esta oportunidad para desearles a todos que la luz del candelabro de Janucá “la Janukiá”, les ilumine el camino, del bien, de la bondad, del éxito y sobre todo de la salud.
Además, quisiera desearles a nuestros hermanos de la fe cristiana Feliz Navidad y un próspero año nuevo. Les deseo que disfruten al máximo de la Navidad, rodeados de sus familias, amigos y seres queridos. Que gocen de la tranquilidad y la emoción que conllevan estos días tan especiales y que iniciemos todos el nuevo año con el pie derecho. (¡quizás inclusive sea una buena oportunidad para tomar la botella de vino del Rey David!). ¡No dudo que nuestro futuro será brillante juntos!
Aprovecho la ocasión para enviarles un fuerte abrazo, con la esperanza de volver a encontrarnos pronto aquí en la tierra de Israel. No olviden, aquel que planta un árbol en la tierra de Israel y deja aquí sus raíces está destinado a regresar… aquí los estaremos esperando.
¡Felices Fiestas!, Shalom.
Ariel Goldgewicht
Director Departamento Latinoamericano de Keren Kayemet LeIsrael