Itongadol.- El 22 de Tamuz se marcó un nuevo aniversario del fallecimiento de nuestro querido colega y amigo, el Rabino Moshe Freedman.
El Domingo 8 de julio, sus amigos y alumnos re reunieron en los salones "Or Jaia", para recordar a este gran Sheliaj (emisario del Rebe) que junto a su esposa Sara -que tenga larga vida- dirigió el Beit Jabad en Bahía Blanca, trayendo judaísmo y calidez a decenas de vidas.
El siguiente texto fue publicado luego de su trágica muerte, y hoy volvemos a compartirlo con uds.
“En nombre de la familia, quiero anunciar que seguiremos el Shlijut en Bahía Blanca”, con esas palabras anunció anoche, el Rabino Grunblatt, la amarga noticia del fallecimiento súbito del Sheliaj de Bahía Blanca, Argentina, el Rabino Moshe Hachoen Freedman A”H.
“El Rabino Freedman tuvo el mérito de ir de Shlijut, junto con su esposa Sara, luego de que el Rebe haya anunciado que un “Sheliaj hace un Sheliaj”, en una reunión de Jasidim en honor al 10 de Shvat en el año 5746. Dentro de ese marco, se fueron de Shlijut a la ciudad de Bahía Blanca, Argentina, que se encuentra en el extremo sur de la provincia de Buenos Aires, en donde permanecieron unos treinta años”. Así contó el Rabino Grunblatt minutos antes del funeral que se llevará a cabo en Nueva York.
Hace unos diez años, al Rabino Freedman se le practicó un trasplante de pulmón en Ohio, Estados Unidos, que le salvó la vida de forma milagrosa. “Cuando regresó a Argentina luego del trasplante” continúa diciendo el Rabino Grunblatt, “me acerqué y le propuse que quizás le convendría seguir su Shlijut en la capital, Buenos Aires, ya que es una ciudad más grande, y eso le facilitaría las cosas tanto física como espiritualmente, y especialmente porque aquí hay mas doctores que podrán ayudar con los ajustes de los nuevos pulmones, etc. El le respondió: “El Rebe me ha enviado a Bahía Blanca, y no me moveré de allí”.
No tengo dudas de que todo el “Idishkait” (Judaísmo) en la ciudad de Bahía Blanca, es gracias a su trabajo, y que las decenas de familias temerosas de Hashem e íntegras, Jasidim y Shlujim, son fruto de su labor”, dijo el Rabino Grunblatt con voz quebrada. “Su calidez característica, dulzura y rostro sonriente de bienvenida a quien fuera que se encontraba con él, fueron el secreto de su éxito. Su conexión con el Rebe, y su aceptación del Shlijut de acuerdo a la voluntad del impulsor, fueron su ímpetu durante todos sus años de trabajo en Bahía Blanca”.