Itongadol.- La edición 2017 de la “Noche de los Museos” de la ciudad de Buenos Aires contó con la participación de la Sociedad Hebraica Argentina, el Museo Judío de Buenos Aires, el Museo Judío de Belgrano, el Museo del Holocausto y la Casa de Ana Frank, desde las 20 del sábado 4 de noviembre hasta las 3 del domingo.
Una importantísima cantidad de público visitó las instituciones judías, en su gran mayoría jóvenes.
Quienes asistieron a la sede Capital de la Sociedad Hebraica Argentina pudieron apreciar los ya famosos murales de Berni, Castagnino, Urruchúa, Batlle Planas, junto a la muestra de pinturas de Olga Casal “De la belleza y la metafísica” y a la exposición fotográfica “Israel en verano. Versión 1 Jerusalem”, de Alicia Segal.
También se pudo disfrutar de un importante programa artístico-musical que contó con la participación del “Coro Sharim”, dirigido por Sebastián Barros; los conjuntos de danzas israelíes Darkeinu y Masmeret, dirigidos por Adriana Faerstein; la Sinfonietta Juvenil Hebraica, dirigida por Mracha Waldman, que interpretó obras de Bizedt, Hayden, Saint Saens y el Hatikva; y el espectáculo “Los tenores latinos” a cargo de Miguel Angel Drappo y Jorge Arnaldo Quiroga, quienes deleitaron al público con ópera y canciones populares
También se presentó una obra coreográfica estrenada en el Malba, “Jugadora muda en bata”, interpretada y dirigida por Leticia Mazur con Martín Ninervini, baterista.
Gerardo Mazur, un indiscutido referente del área cultural de la Sociedad Hebraica Argentina, dialogó con ItonGadol sobre la participación de la institución: “En primer lugar tiene que ver con las obras de arte de Hebraica, que son maravillosas. Por empezar los murales, que son de 1943, nada más y nada menos que de Juan Carlos Castagnino, Antonio Berni y Demetrio Gurruchuga; y de la década del ’60, el que está en el ingreso de la institución, de Batlle Planas. Además, sobre la vereda está el friso escultórico de Leo Vincci, “La hermandad entre los pueblos”, que tiene que ver con el atentado a la AMIA. Las instituciones judías decidieron poner algún tipo de barrera para que ningún vehículo pudiera entrar y repetir la tragedia, pero Hebraica decidió cubrirlo con una obra de arte, que diseñó y ejecutó Leo Vinci en cemento. Es un enorme pentagrama como si estuviera en una manifestación, y en lugar de tener símbolos musicales, tiene la palabra paz escrita en varios idiomas: castellano, italiano, ruso, hebreo, árabe… es una propuesta de paz desde la institución a través de una obra de arte”.
El recorrido continuó por el Museo Judío de Belgrano, donde los visitantes podían apreciar todos los elementos que conforman un Beit Midrash o una pequeña sinagoga, junto con una muestra de arte moderno y pequeñas esculturas, mientras esperaban la actuación de un conjunto de música moderna. Como ya es tradicional, funcionaba una “parrilla kosher”, que era muy apreciada por los asistentes.
Por otro lado, en el Museo Judío de Buenos Aires, este año, además de las muestras habituales y conciertos en el Templo de la Congregación Israelita de la República Argentina (Templo de la calle Libertad), se incluyó como parte de sus muestras permanentes seis acuarelas de Maurycy Minkowski.
En el Museo Ana Frank Argentina, como todos los años, sorprendió la cantidad de personas que esperaban a lo largo de más de una cuadra para ingresar a la institución, relacionada con la entidad holandesa “La Casa de Anna Frank”.
Sus muestras, que aúnan las relacionadas con la vida de Anna Frank y su familia, lo que fue la Shoá, el Holocausto y el terrorismo de Estado en la Argentina, permanentemente son visitadas por delegaciones de alumnos de escuelas de la ciudad de Buenos Aires y muchos de esos alumnos aprovechan la “Noche de los Museos” para llevar a sus amigos.
Julio Toker, el presidente de la institución argentina, manifestó a ItonGadol: “Los visitantes ven un video de la corta vida de Ana Frank, escuchan el testimonio de un sobreviviente de la Shoá y de una sobreviviente del terrorismo de Estado, recorren las muestras, y se les ofrece una corta obra teatral sobre la temática”.
Por su parte, Mónica Davidovich, sobreviviente de la Shoá, expresó: “Comparto mi actividad entre La Casa de Anna Frank y el Museo de la Shoá. Son instituciones completamente compatibles y todo el que esté dispuesto a trabajar en pro del esclarecimiento de la Shoá, allí me va a encontrar”.
Por último, cabe destacar que la edición 2017 de “La Noche de los Museos” fue la última actividad para la que el Museo del Holocausto abrió sus puertas. El antiguo edificio, cedido en comodato por el Gobierno Nacional hace dos décadas, será puesto en valor, previéndose su reapertura e inauguración de una nueva muestra permanente para dentro de 18 a 24 meses. Mientras duren las refacciones, las oficinas del Museo y su biblioteca funcionaran en el edificio del Seminario Rabínico Latinoamericano, donde también se expondrá una muestra alegórica.
Según la información brindada por su director ejecutivo, Jonathan Karszenbaum, este año algo más de 18.000 visitantes ingresaron al edificio durante las siete horas en que duró “La Noche de los Museos”, eran en su gran mayoría jóvenes.