Itongadol/AJN (Por Lic. Claudio Gustavo Goldman, desde Tribunales).- El ex comisario Juan José Ribelli, uno de los cuatro policías bonaerenses que fueron acusados y luego sobreseídos como partícipes necesarios del atentado a la AMIA, completó hoy, jueves, su declaración como el primer testigo del juicio oral y público por encubrimiento de autores o cómplices de ese ataque, para totalizar siete horas durante las cuales apuntó especialmente contra el destituido juez Juan José Galeano, los entonces fiscales Eamon Mullen y José Barbaccia, varios integrantes de la desaparecida Comisión Bicameral de Seguimiento de la Investigación de los Atentados y la dirigencia comunitaria que encabezaba Rubén Beraja como responsables de los 8 años y 3 meses que estuvo detenido desde el 12 de julio de 1996.
Esta audiencia se destacó por el cruce entre la abogada de este último, Valeria Corbacho, y el letrado del testigo y querellante, José Manuel Ubeira, quien con el apoyo del Tribunal Oral Federal N° 2 cuestionó la pertinencia de su línea interrogativa hasta limitarla.
"Si no me dejan ejercer la defensa, entonces debo limitarme a la declaración de Beraja acerca de que desconocía el pago y callarme la boca", se quejó la primera antes de ser reprendida por el juez Jorge Gorini.
No obstante, más adelante pudo preguntar sobre otros aspectos.
Los aspectos principales abordados en los 105 minutos del testimonio de hoy de Ribelli fueron su situación patrimonial, vinculada con el “blanqueo” de 2,5 millones de dólares, que atribuyó a toda su familia, y las visitas en la cárcel de Caseros de un probable agente de inteligencia que se identificó como “Julio” en julio y agosto de 1997, reveladas la semana pasada.
Según el ex policía, éste le ofreció declarar que le había entregado la camioneta-bomba Trafic a otra persona, que presume sería algún fundamentalista musulmán, sin saber para qué la usaría y a cambio recaratularían la causa en su contra como encubrimiento, lo dejarían en libertad y le pagarían “un palo verde” (un millón de dólares) por el tiempo que pasó preso, pero se negó y entonces el desconocido le advirtió que le arruinarían la vida y la de su familia.
Sin embargo, no pudo dilucidar de quién se trataba, aunque aclaró que no era ninguno de los agentes y funcionarios que declararon en el juicio oral por el atentado, sustanciado entre 2001 y 2004.
Tras un cuarto intermedio de media hora comenzó la testimonial de otro de los policías bonaerenses sobreseídos, Anastacio Leal.
Durante 50 minutos respondió las preguntas de los acusadores sobre su detención y éste contó que en 1998 había denunciado al destituido juez Juan José Galeano por encubrir a los verdaderos culpables del atentado.
"Advertí que todo terminaría en una nulidad, como sucedió; hoy veo a todos ellos acá sentados y me da lástima por sus familiares porque no pueden mirar a sus hijos y decirles que son inocentes, como yo sí lo hice", destacó el hoy querellante, que trabaja con su abogada en el juicio oral anterior, Karina Bacci.
"Si hubiese sido terrorista, ¿me habría presentado espontáneamente en el juzgado y aportado información? ¿No me habría fugado cuando me fueron a detener o cuando manejé mi propio auto hasta el Departamento de Drogas Peligrosas, solo acompañado por un policía?", preguntó con mucha lógica.
Tras un cuarto intermedio hasta las 14.30 hs. será el turno del interrogatorio de las defensas, que continuará la semana que viene.