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Rubin: “Limud es una creciente incubadora de proyectos, que ya tiene cinco que hay que consolidar”

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Itongadol.- Tras la culminación del año 2014, el presidente de la Fundación Limud BA, Fernando Rubin (foto), dialogó con la Agencia Judía de Noticias (AJN) para delinear las futuras actividades y hacer un balance de lo actuado, cuya última expresión fue el “Rosh Hashaná Urbano 5775”, en las Barrancas de Belgrano, en septiembre.

FR- Lo hicimos con mucho éxito, vino mucha gente. Las dos actividades que habíamos hecho antes salieron con mucha calidad…

P- ¿A qué te referís cuando hablás de crecimiento?

FR- En todo el mundo, Limud tiene un tipo de evento: se reúnen durante un día o varios a participar en talleres y charlas con temas diversos, y tenés la opción de elegir una de diez en simultaneidad. Acá tenemos el formato de un día y en 2012 hicimos el Limud Exprés, que al año siguiente fue en Amijai y esta vez lo hicimos en el Urbano. Es una actividad con tres personas reconocidas por separado, que después se juntan en una mesa redonda. No es el típico evento Limud que se hace en todo el mundo, inventamos y desarrollamos uno nuevo. En 2013 lanzamos Casa Limud, una actividad interna para voluntarios, donantes y disertantes, donde expositores del exterior vienen a casas particulares. Y en 2014 agregamos dos nuevas actividades: Javruta y Urbano. Javruta fue una noche de estudio al estilo Limud, al día siguiente del Tikún de Shavot que hacen en los templos. Salió bárbaro. De alguna manera replica la manera de estudiar en las ieshivot, pero con temáticas más instructivas; en este caso, hablamos de la sexualidad en el judaísmo. Vinieron tres disertantes y cada uno habló 15 minutos: un rabino más ortodoxo, Yosi Baumgarten; una rabina liberal (Oshrat Morag), que dio la charla en inglés porque es la esposa de un funcionario israelí; y una psicoanalista (Ruth Gorenberg). Habían elegido varios textos para leer de su tema, como se hace en las ieshivot. Habíamos puesto un cupo de 80 y vinieron 100, o sea que se llenó totalmente. Después de las exposiciones se leía y discutía el texto en las mesas y los disertantes rotaban y charlaban con la gente. La verdad que es un proyecto muy innovador. Y agregamos el Urbano, un proyecto enorme que se había dejado de hacer. Con el Joint eran todos profesionales, acá todo era una estructura voluntaria… Anduvo bárbaro, espectacular, pero con el estrés del cambio de lugar: en la plaza Armenia hay gente todos los domingos, a Barrancas había que convocarla. Motivó a mucha gente: vinieron más de 35.000 personas y entraron muchos voluntarios nuevos… Teníamos miedo que de no viniera gente y fue mucho más que en otras ediciones. Limud está totalmente sostenido por voluntarios y para hacer estos proyectos tuvimos que crecer y está entrando mucha gente piola. Un porcentaje muy alto -30 ó 40- son ex profesionales de la comunidad judía: directores, madrijim, consultores… Se sienten identificados, es un lugar donde la pasamos muy bien, ya no trabajan como profesionales comunitarios y les quedó la llama… Para mí es un lujo espectacular que un profesional de la comunidad judía que ya no trabaja en eso pueda aportar su know how como dirigente porque generalmente tiene visión a largo plazo y una capacidad de liderazgo y organizativa muy piola.

P- ¿Cómo es la modalidad de trabajo?

FR- Una cosa que cambió este año fue la modalidad de organización interna. Antes teníamos un grupo gestor y comisiones -comunicación, voluntarios, fundraising, logística, tesorería- que daban soporte al único proyecto que teníamos, que era el evento central. Ahora tenemos líderes de cada uno de los cinco proyectos, con un equipo propio de voluntarios. Por ejemplo, el líder del Urbano tuvo un equipo permanente de 20 personas y después hubo 100 voluntarios. Inclusive el evento central tuvo, por primera vez, un equipo propio.

P- ¿Para 2015 estás imaginando un Limud diferente?

FR- Nos gustaría consolidar lo que logramos este año, que es enorme. Son cinco proyectos, de los cuales dos son enormes. No buscamos que al evento original vengan 30.000 personas; vinieron 700 y vendrán 800, 900, 1.000… Muchos más no caben en (la Universidad) Maimónides. Es muy complejo diseñar una megaconferencia con 60 disertantes.

P- ¿Qué análisis hacés de esta gran experiencia con el fenómeno Limud?

FR- Tanto para los voluntarios como para la gente que participa es una alternativa más para vivir su judaísmo. El Urbano fue realmente muy interesante y tiene una característica que se acentuó con Limud: para mucha gente, que tal vez está alejada del judaísmo, es una propuesta donde pueden vincularse y conocer lo cultural judío. No solamente ir a un stand de comidas, sino a una charla o un taller, el Seminario Rabínico estaba ofreciendo libros, aprender a hacer un shofar en el taller de Lubavitch, ver una película judía, aprender temas que tienen que ver con el judaísmo sin sentir que tenés que afiliarte a una organización. Entonces, es decir “me meto un poco, aprendo y capaz que me dispara algo fuerte y me estimula para seguirlo en otro lado”. Por suerte, hay un montón de instituciones en Buenos Aires, y la misión de Limud es ser un “entusiasmador” en tu viaje por tu judaísmo. El que se va a anotar a un evento de Limud generalmente es judío o tiene un vínculo fuerte con el judaísmo; el Urbano, al ser un evento totalmente abierto, no te pone una barrera porque la gente circula. Son eventos educativos no formales, con una modalidad muy abierta para quien se siente excluido o cuestiona que las instituciones judías no le dan mucho. Tuvimos anécdotas de todo: matrimonios mixtos que no participaban en la comunidad y fueron con sus hijos y sus novias -algunas no judías- a vivir una actividad judía, festejando Rosh Hashaná con todos los contenidos que hubo en el lugar. O una mujer católica cuyo hijo se había casado con una judía y fueron a Rosh Hashaná Urbano para aprender más sobre judaísmo y llevarse mejor con su nuera; por ejemplo, se sacaba fotos con una frase de la Torá y le preguntaba a la gente qué quería decir…

P- ¿Cómo estás viviendo este fenómeno que crece y evidentemente da respuesta a algo que cierta gente necesita?

FR- Estoy feliz, la verdad es que es una satisfacción enorme. El miércoles pasado hicimos el brindis de fin de año y éramos 35 voluntarios. Lo bueno de Limud es que tiene como un doble propósito: formar voluntarios muy comprometidos y desarrollar el voluntariado, y disfrutamos mucho el proceso de hacer las cosas. Para nosotros, una manera de vivir el judaísmo es hacer actividades educativas y seguir participando no como un trabajo. Aparte, hay actividades propias para nosotros, que también hace la Comisión de Voluntarios. Nos capacitamos, aprendemos, nos desarrollamos. Y después, es muy lindo estar en una institución que crece; ves que viene más y más gente a participar. Más allá de la cantidad, las actividades gustan y entonces mucha gente se propone para ser voluntaria. De Javruta aparecieron como 20 voluntarios que después fueron al Urbano. Si va creciendo, iremos acompañando el crecimiento. Creo que en 2016, todos estos voluntarios nuevos van a promover propuestas porque Limud es como una incubadora de proyectos. Algunos ya nos están diciendo “quiero hacer esto”, entonces les decimos: “primero, vení a ser voluntario”.

P- ¿Queda pendiente algún desafío importante para cumplir de aquí en más?

FR- Proyectos e ideas tenemos un montón y justamente el tema es que tenemos que hacerlos con voluntariado y fondos y necesitás una estructura profesional más grande. Ahora hay una coordinadora y estamos pensando en una persona más, tal vez. Por suerte tenemos muchos desafíos que no cumplimos por tiempo y presupuesto. Por un tema de trabajo tuve la suerte de estar hace dos semanas con Shimón Peres en Israel y le preguntamos cómo hace para estar joven con 92 años. Entonces dijo: “Si la cantidad de sueños es mayor a la de logros, significa que todavía sos joven”. Y yo tengo muchos sueños por delante… Hay un proyecto de calendario Limud que no pudimos terminar de armar, me encantaría hacer un Pésaj Urbano, un Jánuca Urbano, hay gente que quiere hacer cosas relacionadas con el arte, proyectos solidarios, trabajar en distintas ciudades del Interior… Y una cosa nueva de este año fue que se organizó, durante el evento central, el primer Limud Training Tour en español y vinieron voluntarios de Perú, Chile, Uruguay, México y otras ciudades de la Argentina. Hicimos un encuentro muy interesante y tuvimos la suerte de ser elegidos para asistir a voluntarios y asesorar en la apertura de otros Limud, como en Perú, solventados por Limmud Internacional. Es probable que hagamos lo mismo en Chile y va a haber un Limud Mar del Plata en febrero.

P- Parecen una institución formal, pero sin la parte edilicia…

FR- No tenemos oficina, pero es una institución formal, aprobada por la IGJ (Inspección General de Justicia), exenta de impuestos, ya se puede donar por tarjeta de crédito, tenemos Libro de Actas y cumplimos con todas las normas de la UIF (Unidad de Información Financiera) de previsión de lavado de dinero… Parte del crecimiento de este año fue que se armó muy bien la Comisión de Administración, hay muchos temas administrativos que hacer, vamos a presentar Balance…

P- Hay dirigentes que pueden pretender seducirlos y llevar políticamente “agua para su molino” porque Limud es un fenómeno social realmente importantísimo…

FR- Hasta ahora no tuvimos eso. Algunas instituciones nos dicen “hagamos cosas juntos” y tenemos alianzas…

P- … Pero no factores políticos…

FR- …No. Seguramente, al convocar a tanta gente les va a interesar exponer en el Urbano… La verdad es que hasta ahora no lo tenemos presente. Uno de los valores más importantes para nosotros es la diversidad de opiniones y posiciones ideológicas dentro de Limud, entonces no nos metemos en la política comunitaria. Ésta es una actividad más de las propuestas que hay en la comunidad.

P- ¿Cuánta gente participó en todas las actividades del fenómeno Limud de 2014?

FR- Es muy difícil calcular lo del Urbano, pero estamos hablando de alrededor de 35.000 personas. Empezamos en 2007, y en 2008 hicimos el primer evento central. Ahora mandamos a nuestra coordinadora, Carolina Kaplan, y a un voluntario, Kevin Levin, al Limmud Londres. Años anteriores viajaron otros y lo interesante es que se aplicó para una beca internacional que dio un poco de financiamiento para que la profesional pudiera ir e insertarse más formalmente en el mundo.

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