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Mensaje por Rosh Hashaná del vicepresidente en ejercicio de la presidencia de la AMIA, Tomy Saieg

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 Itongadol.- Shaná Tová, simplemente quería mencionar algunas reflexiones. Entre Rosh Hashaná y Iom Kipur los judíos reflexionamos un poco más que el resto del año y hacemos un balance del año que pasó y pedimos para el próximo año. En el año que pasó tuvimos muchos momentos lindos, malos, agradables y no tan agradables, pero fue un año de mucho majloket, de mucha pelea. Por empezar, desde el Estado de Israel con una guerra de defensa que no quiso, que se vio obligada, pero que gracias a D’s, y cuando digo gracias a D’s no es una simple manera de decir las cosas, sino que se vieron muchos milagros en este último conflicto.

Acá en Argentina también tenemos algunos conflictos, tantos externos como internos. Y cuál es la reflexión por que hasta ahora lo que estamos diciendo lo pudimos ver todos. La reflexión y el pedido para el próximo año es que sea un año sin conflictos. Cuando uno pide Shalom, cuando uno pide paz, lo tiene que hacer como una acción, y créanme que no soy nadie para decirles lo que estoy diciendo, simplemente se me ocurrió y como D`s me puso en este lugar, me parece bueno trasmitirlo.

Entiendo que una manera buena para empezar con Shalom es que cuando alguien no opina como nosotros, nos pongámonos en el lugar de esa persona y pensemos por qué esa persona opina diferente. Pensemos para bien, como dice nuestra sagrada Torá. Si nosotros logramos, y esto no lo digo yo, lo dice la Torá, pensar bien del otro, aunque sea alguien terrible o que nos odie, si nosotros pensamos bien del otro seguramente vamos a conseguir el Shalom.

Ahora si nosotros pensamos lo contrario, pensamos que no nos quiere o nos quieren hacer algún daño, no vamos a poder conseguir el Shalom.

Y nuestra misión de cada uno y uno, dentro de la comunidad es conseguir el Shalom para poder vivir en paz. Que es todo lo que nosotros queremos como comunidad y como personas y como ustedes: dirigentes comunitarios, todos juntos podemos llegar a lograrlo, podemos llegar a tener un 5775 de Shalom, porque podemos hacer este ejercicio de pensar que el otro no nos quiere dañar y quiere lo mejor para nosotros, y que si hace algo que no nos gusta es porque no entendemos lo que está queriendo de nosotros.

Este es el primer punto que quería trasmitir, el otro que quería trasmitir es que acabo de ver a nuestro presidente Leonardo Jmelnitzky en un Brit Mila y la verdad que lo veo que está bastante bien, no lo veo tan decidido a querer volver, pero gracias a D’s, y gracias seguramente a la tefilot (oraciones) de su familia y de todos nosotros está repuesto. Así que es un deseo personal que no solamente esté repuesto, sino que tenga ganas de volver rápidamente.

El tercer punto es una historia, la de la manzana, recuerdan, que conté en Iom Haatzmaut, hoy vamos a comer manzana con miel. Pero voy a contar una historia que escuché hace poco, de una persona que quería conocer a Eliahu Hanaví. Eliahu Hanaví fue un profeta, de hecho el profeta que está en todos los Brit Mila de todo el mundo en todo el tiempo, o sea que se la pasa de Brit Mila en Brit Mila, por eso se dice que es muy bueno ir a los Brit Mila. No se invita, sino que se anuncia y se va, porque dicen que quien concurre a un Brit Mila se le perdonan todos los pecados y las Jupot también. O sea que si no se quieren volver a casar vayan a un Brit Mila para que se les perdonen todos los pecados. Cuentan que este hombre quería verlo a Eliahu Hanaví. Fue a ver al rabino que le dijo ‘si querés ver a Eliahu Hanabí, tenés que hacer lo siguiente: faltan 30 días para Rosh Hashaná, tu misión es ir y llevarle comida a una familia que la madre quedó viuda con muchos hijos. Una familia muy pero muy pobre. Tenés que llevarle desayuno, almuerzo y cena’. A este hombre la pareció bien y estuvo 30 días llevando el desayuno para que los chicos vayan al colegio bien temprano, el almuerzo para cuando volvían y la cena. Era gente que no tenía para comer, que estaba en una situación desesperada, pero 30 días comieron de la mano de este hombre. Le golpeaba la puerta y le dejaba la comida. A los 30 días pasa Rosh Hashaná y este hombre está ya cansado pero con mucha esperanza de ver a Eliahu Hanaví y Eliahú Hanaví no apareció, no lo vió. Pero no reclamó y siguió llevándoles comida en los días entre Rosh Hashaná y Iom Kipur. La víspera de Iom Kipur fue a ver al rabino y le dijo ‘rabino, hoy a la noche es Iom Kipur y no lo vi a Eliahu Hanaví’. El rabino le dijo ‘hoy andá, golpeá la puerta y como es Iom Kipur, no lleves comida. Pero te voy a pedir, andá después del Shil’. Fue y cuando se estaba acercando escuchó que adentro de la casa los chicos le reclamaban a la mamá ‘mamá hoy no vino Eliahu Hanaví a traer la comida’.

Nosotros acá en AMIA no somos Eliahu Hanaví, pero intentamos serlo. Créanme que trabajamos muchísimo desde todos los departamentos para mejorarle la vida a la comunidad judía. A veces lo logramos y a veces no lo logramos, pero por lo menos tenemos la intención. Y no solamente la AMIA, sino todos ustedes, la comunidad judía se lo reconocen. Uno toma un taxi y nos dicen ‘ustedes ayudan a los suyos’, y tenemos que estar orgulloso de ese mensaje y de ese estereotipo, la comunidad judía no sólo se ayuda entre sí, sino que ayuda a toda la sociedad argentina.

Por eso este tiene que seguir siendo el mensaje y no que digan ‘ustedes están todos peleados’. Queremos que todos sigan pensando el próximo año eso mismo de nosotros, de la AMIA, que nosotros tratamos de ser Eliahu Hanaví.
Shaná Tová Umetuká (Un año bueno y dulce).

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