El nuevo jefe de la División para América Latina y el Caribe de la Cancillería israelí, embajador Itzhak Shoham (foto), llegó a la Argentina, su país natal, para la conferencia anual de cónsules honorarios de Israel, que se desarrollará en Buenos Aires, y conversó con la Agencia Judía de Noticias (AJN).
“Hice aliá a los 21 con mi esposa; me casé y nos fuimos, y mis padres y hermanos quedaron acá”, recordó quien anteriormente fuera director de los departamentos de Europa Mediterránea y del Nordeste Asiático y embajador en Singapur y Tailandia hasta hace unos meses.
IS- Asumí este puesto hace dos semanas y es mi primera visita a la región. Estoy contento y emocionado. Las fechas fueron dictadas para participar en la conferencia anual de cónsules honorarios de Israel, en Buenos Aires, una de las primeras etapas. Esta relación es muy importante para nosotros: son todos voluntarios y un nexo muy importante con el mundo y, particularmente, con América latina. Es gente dedicada a la causa, que tratamos de fortalecer como podemos, y no quería perderme esta oportunidad.
P- ¿Cómo está viendo la región desde Israel?
IS- Me fui a vivir a Israel hace casi 40 años; luego, durante casi 20 de carrera estuve dedicado a temas de Latinoamérica y puedo asegurar que cambió mucho, al igual que Israel. Entonces, los objetivos y medios deben adaptarse a las nuevas realidades de cada uno de los países. Es una tarea no fácil, pero con la experiencia que traigo tengo esperanza de incrementar el nivel de las relaciones entre Israel y los países de América latina y llevarlo a nuevas alturas.
P- ¿Hay luces rojas, preocupaciones en algún país?
IS- La agenda de Israel en América Latina es de cooperación y amistad, no somos colonialistas ni imperialistas. No tenemos agendas ocultas, pero sin lugar a dudas el tema que duele y preocupa es Venezuela. Es un país con el que teníamos extraordinarias relaciones de cooperación e intercambio y fue una sorpresa y una desilusión muy grande el cambio brusco que lo llevó a romper relaciones con Israel, abriéndole la puerta a su principal y más serio enemigo de hoy en día, que es Irán. Eso nos preocupa. Es difícil aceptarlo, pero es una realidad y tenemos que afrontarla. La prioridad es esclarecer cuáles son los verdaderos motivos de Irán en América Latina, a través de la puerta que le abrió Venezuela, para que el resto de los países comprenda que la única forma de tratar el tema de Irán hoy en día es siguiendo las reglas internacionales de sanciones y aislamiento para que cambie su programa nuclear militar. Irán ha declarado abiertamente que quiere borrar a Israel del mapa, que Israel no tiene derecho a existir, niega el Holocausto… son cosas graves. Hay que esforzarse para poner realmente sobre la mesa cuáles son sus intenciones y llevarlo a que se adapte a las reglas de comportamiento internacional.
P- La DAIA dijo que Venezuela fue el promotor del diálogo argentino-iraní. ¿Es así?
IS- No sabría decirle, es una posibilidad que se baraja.
P- ¿Cómo está viendo este nuevo escenario de diálogo entre Argentina e Irán?
IS- Nosotros expresamos nuestro pesar por esta decisión. No creemos que conduzca a un resultado positivo. El único resultado positivo sería traer ante la Justicia a los sospechosos del atentado. Es una investigación que ha sido realizada por las autoridades argentinas, que señala a los posibles imputados. No creemos que Irán llegue a una mesa de negociaciones con las manos limpias. En el pasado, las experiencias han sido que Irán no negocia honestamente: miente, posterga y dilata. Pero es un camino que el gobierno argentino ha decidido explorar y esperamos que llegue a la conclusión de cómo seguir.
P- ¿Qué pasa si en esta negociación se cierra la investigación del atentado a la Embajada?
IS- No está en la agenda, que sepamos. Por supuesto que estamos interesados en que avance esta investigación y los culpables sean llevados ante la Justicia argentina.
P- ¿Cómo califica las relaciones diplomáticas entre Israel y la Argentina?
IS- Son buenas y quiero destacarlo porque se corre el riesgo de distorsionar la imagen. El hecho que haya uno o dos puntos en los que no estemos de acuerdo no significa que se vea menoscabada la relación íntima e intensa que existe entre la Argentina e Israel a través de más de 60 años. Tenemos un gran intercambio comercial, cultural, económico y científico que aproxima esa cooperación sincera. La semana pasada estuve en Tel Aviv, en la casa del embajador argentino, con una delegación de productores y frigoríficos que vinieron a negociar nuevos acuerdos. Ahí aprendí algo interesante: Israel es el segundo importador de carne de la Argentina. Eso indica un nivel de comercio importante y que nos gusta comer carne argentina.
P- Con respecto a las conversaciones con el canciller israelí, Avigdor Lieberman, ¿cuál es la premisa que se establece con respecto a Latinoamérica, en general, y a la Argentina, en particular?
IS- Hay una tendencia marcada, y el ministro Lieberman me la ha dejado presente cuando recibí el cargo de incrementar el nivel de relaciones. América Latina ha sido amiga de Israel desde la creación del Estado y queremos destacar nuevamente estas relaciones tradicionales. Siempre hay espacio para mejorar las cosas, queremos continuar esta tarea.
P- ¿Cuál es la situación cuando hay un Irán que desea abrirse nuevamente a estos países, por las sanciones que está teniendo? ¿Cómo entienden que pueden ampliar los vínculos?
IS- Son niveles diferentes: uno es el específico de Irán y nuestras relaciones con el resto de los países y otro son las relaciones bilaterales de los países. Tratamos de no mezclar. Tenemos posiciones claras sobre Irán y las transmitimos, con la esperanza de ser escuchados. No somos los únicos: los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad, más Alemania, están profundamente dedicados al tema y los países de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) también ejecutan sanciones, que están empezando a funcionar. Son muchos los países del mundo que comprenden el riesgo de un Irán nuclear. Israel es el amenazado directo, pero sabemos que hay muchos países árabes de nuestra misma región que temen tanto o mucho más. Un Irán nuclear desencadenaría una carrera armamentista en Medio Oriente: hay países que han anunciado que comenzarían su programa nuclear militar, y pueden ser Egipto, Turquía, Arabia Saudita… Se romperían muchos equilibrios en una región particularmente sensible por la extracción del petróleo. Los riesgos son muy altos.
P- ¿Qué le transmitieron los líderes de la comunidad judeoargentina?
IS- Fue un encuentro muy interesante. Después de tantos años, al retomar un poco las preocupaciones y ocupaciones de las diferentes entidades de la comunidad he notado un reclutamiento y dedicación totales de los líderes a sus instituciones. Por supuesto, como somos judíos, siempre hay diferentes opiniones, y lo veo positivo. Eso es lo que caracteriza al pueblo judío. Si hemos sobrevivido a 2.000 años de diáspora, persecuciones y Shoá es por nuestra capacidad de autocrítica, discusión y debate, que produce nuevas ideas. Está clara la decisión del liderazgo de las instituciones de hacer frente a los problemas y encontrar soluciones.