Cientos de israelíes de origen etíope protestaron ayer, martes, en Kiryat Malachi (foto) para denunciar que residentes de un barrio de esa ciudad habrían firmado un pacto para no venderles ni alquilarles propiedades, según informó el Canal 2 de la televisión israelí.
Hoy, miércoles, la ministra de Absorción del Inmigrante, Sofa Landver, les respondió que deberían estar agradecidos por lo que el Estado ha hecho por ellos, durante una reunión de emergencia del Comité para Asuntos de Inmigración, Absorción y Diáspora de la Knesset (Parlamento israelí) sobre este tema.
La funcionaria es ella misma una inmigrante de la ex Unión Soviética e integra el partido Israel Beiteinu, del canciller Avigdor Lieberman, de la misma procedencia.
A su vez, representantes de la comunidad etíope contestaron que los diputados no están haciendo lo suficiente por ella.
En tanto, el legislador por Kadima Shlomo Molla instó al procurador general, Yehuda Weinstein, a que abra una investigación criminal sobre las denuncias de racismo en Kiryat Malachi.
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