Vestido con una bata y sentado cómodamente, Dios (Dayan) hace zapping entre el noticiero de Canal 1, donde un periodista anuncia un reporte de la guerra, y el canal de venta, en el que el conductor intenta que los televidentes compren un par de pantuflas.
En ese momento, un emisario le recuerda a Dios que el primero de enero de 2002 debe enviar a su hijo a la Tierra para salvar a la humanidad.
Haim Mecklberg, productor de la película, sostuvo que el Dios de Dayan «es tan humano, pequeño y lleno de debilidades que es imposible culparlo por su locura de grandeza».
A diferencia de la cruda y controvertida «La pasión de Cristo», opera prima de Mel Gibson, «Habesora…» predica el amor entre los hombres y el intento por salvarlos.
Fuente: Haaretz
Traducción: Leila Mesyngier