El edificio donde funciona la Embajada de Israel, en Avenida de Mayo al 700, tiene una custodia inusual. Es que el viernes, pocas antes de esta entrevista, se habían producido los atentados de Madrid. Pero el tema de la charla con el embajador es el 12ø aniversario del ataque a la Embajada, que se cumple este miércoles 17.
—¿Qué balance hace de lo que se pudo esclarecer hasta ahora en la causa por ese atentado?
—Lo que se pudo esclarecer, hasta ahora, son las conclusiones a las que llegó la Corte Suprema en 1999: la responsabilidad del Hezbollah en el atentado. Desde entonces no pasó mucho en la causa, pero se agregó información, no jurídica pero sí información de inteligencia que confirman las conclusiones de la Corte.
—¿Cómo definiría usted la actitud del gobierno de Néstor Kirchner respecto a los reclamos de un avance en la investigación?
—Creo que la definición de los atentados como una cuestión de Estado que hizo el presidente y el canciller es un hecho importante; no es solo una cuestión entre jueces y diputados, es una cuestión que trata todo el Estado argentino, y yo creo que esa es una señal política positiva. La pregunta es si esos gestos pueden llevar a un avance de las investigaciones.
—¿Qué expectativas tiene sobre nuevos avances?
—No quiero hablar de cosas que están en tribunales, pero creo que han quedado muchas lagunas en las dos investigaciones. Toda la parte internacional del atentado a la AMIA, y también se han planteado dudas sobre la credibilidad, sobre la consistencia de la investigación que se hizo hasta ahora. Y yo creo que si hay dudas habría que profundizarlas, y sacar las conclusiones.
—¿Tiene usted algún ejemplo de algo que no se investigó?
—En diciembre del 2003 o enero del 2004, la SIDE presentó un informe, bastante consistente creo, con colaboración de otros países, y yo no sé en qué medida esto fue tomado en cuenta.
—¿De qué hablaba el informe?
—Bueno, ahí hablaba del Hezbollah como el agente ejecutor, y de Irán como el agente político y logístico del atentado.
—¿Cree que en la causa de la embajada avanzaron más sobre la conexión internacional y poco con la conexión local, y en la causa AMIA fue al revés?
—Bueno, parcialmente, porque yo no creo que lo que está pasando hoy en el juicio oral (de la AMIA) agota la conexión local. Si uno lee muchas cosas, informaciones que circularon en los últimos años, eso es solo una parte, pero no es la conexión local.
—¿Qué actitud desearía que el Gobierno adoptara con Irán?
—Yo naturalmente no voy a dar recetas, lo que nosotros sostenemos es que acá hay dos problemas. Uno es el judicial: hay que traer a los imputados ante la Justicia de alguna manera. Pero hay otro aspecto que es la gestión de Estado: si realmente pesa sobre otro Estado una acusación extremamente grave, bueno, ahí hay una cuestión de política de Estado sobre qué actitud tomar, no solamente una decisión judicial.
—¿Qué opinión tiene sobre la posibilidad de juzgar en un país neutral a los acusados?
—Cualquier camino que se pueda encontrar para llegar a un esclarecimiento se debe experimentar. Ahora, el problema no es la geografía, el problema es si realmente del otro lado hay una disposición de colaboración. Y hasta el momento, que yo sepa, no hay ninguna.
—¿Usted cree que después de tanto tiempo existen posibilidades de encontrar más pruebas?
—Tanto en el caso de la Embajada como en la AMIA se perdió mucho tiempo, y el tiempo que pasa dificulta las cosas, como la discusión de la Corte Suprema sobre la explosión o la implosión, una discusión que volvió también en el caso AMIA, cuando las cosas estaban claras desde un primer momento. Creo que, a esta altura, hay cosas objetivas, de tipo forense, que no se pueden hacer después de tantos años, pero los años traen informaciones adicionales. En el caso de la Embajada por ejemplo, sabemos más que hace tres o cuatro años.
Fte Clarin