En su comunicado final emitido el sábado tras dos semanas de reuniones, los obispos exigieron a Israel que acepte las resoluciones de Naciones Unidas que lo urgen a dar fin a su ocupación de territorios árabes y dijeron que no debía utilizar la Biblia para justificar las "injusticias" contra los palestinos.
"Expresamos nuestra decepción porque este sínodo importante se ha convertido en un foro para ataques políticos contra Israel como en las mejores tradiciones de la propaganda árabe", dijo el vicecanciller israelí Danny Ayalon en un comunicado.
"El sínodo fue secuestrado por una mayoría antiisraelí", dijo.
El papa Benedicto XVI convocó al encuentro para debatir el futuro de los cristianos en una región de mayoría musulmana. El sínodo concluyó el domingo con una misa en la Basílica de San Pedro en la que el pontífice pidió mayor libertad religiosa y paz en Medio Oriente.
Los obispos divulgaron sus conclusiones el sábado. Dijeron que habían reflexionado sobre el sufrimiento de los israelíes y la inseguridad en que viven y en la situación de Jerusalén, ciudad santa para cristianos, judíos y musulmanes. Aunque condenaron el terrorismo y el antisemitismo, también atribuyeron gran parte de la culpa por el conflicto a Israel.
Mencionaron la ocupación de tierras palestinas, el muro que Israel construyó para separar su territorio de Cisjordania, los retenes militares, prisioneros políticos, viviendas demolidas y los impedimentos a la vida socioeconómica de Cisjordania y la Franja de Gaza como factores que dificultan cada vez más la vida de los palestinos.
El vocero de la cancillería israelí Yigal Palmor dijo que era absurdo que el estado judío sea condenado, dado que es el único país de la región donde a los cristianos les va bien. Según estadísticas que mencionó, había unos 151.700 cristianos en Israel el año pasado, mientras que en 1999 eran 132.000 y hace dos décadas, 107.000.
Palmor también criticó la declaración de los obispos sobre el uso de la Biblia como justificación de "injusticias".
"Esta nunca ha sido la política de ningún gobierno de Israel, así que esa posición suena particularmente vacía", dijo. "Aquel que nunca haya pecado que arroje la primera piedra".
Durante su homilía del domingo, Benedicto XVI se pronunció por una mayor libertad religiosa en el Medio Oriente y afirmó que la paz "es posible y urgente", así como el mejor medio para frenar el éxodo de cristianos de la región.
El pontífice se refirió a la libertad religiosa como "uno de los derechos fundamentales que cada estado debe respetar siempre" y consideró que este aspecto debe ser tema de diálogo con los musulmanes.
En varios países del Medio Oriente existe libertad de culto, pero "es muy limitado en muchas ocasiones" el espacio concedido para practicarlo, agregó. La ampliación necesaria de este espacio garantizará la "libertad verdadera de vivir y profesar la fe personal", apuntó.
El éxodo de fieles del lugar donde nació el cristianismo fue uno de los temas principales del sínodo, en el que participaron unos 185 obispos de los ritos de las iglesias católicas Latina y Oriental procedentes de toda la región y la diáspora.
Además, se invitó a dos imanes y un rabino a que pronunciaran mensajes ante el sínodo.
La Iglesia Católica ha sido por mucho tiempo minoritaria y pierde cada vez más presencia en la región debido al conflicto, la discriminación y las dificultades económicas.
Benedicto XVI dijo que el desasosiego prevalece entre muchos cristianos en el Medio Oriente debido a las condiciones económicas de pobreza, "el desaliento, el estado de tensión y a veces el temor" en el que viven.
"La paz es posible, la paz es urgente", expresó el pontífice en su homilía. "La paz también es el mejor remedio para evitar la emigración (de personas) del Medio Oriente", agregó.