Responsables estadounidenses han criticado «con vehemencia» el asalto a varias sucursales bancarias de Ramala (Cisjordania) por parte del Ejército israelí para confiscar fondos presuntamente destinados a financiar actividades terroristas, según informó hoy el diario ‘Haaretz’ en su edición electrónica.
Washington comunicó ayer a Israel sus quejas, en el marco del viaje que realiza una delegación del país para presentar el ‘plan de separación’ del primer ministro Ariel Sharon al secretario de Estado, Colin Powell y a la consejera de Seguridad Nacional, Condoleezza Rice.
En la operación se confiscaron 37 millones de shekels (unos 6,65 millones de euros) y el Gobierno de Israel anunció que los fondos se destinarían a «fines humanitarios» en los territorios palestinos.
Sin embargo, Washington advirtió de que la incursión debilitó al ministro palestino de Finanzas, Salam Fayad, puso en peligro la estabilidad de las entidades y avergonzó a Jordania, puesto que uno de los bancos asaltados fue el Cairo-Amman Bank. Protestó además porque no se le informó con antelación de los planes del asalto y porque el informe facilitado posteriormente.
La delegación israelí que ha viajado a Washington ha presentado el ‘plan de separación’ aunciado por Sharon y, concretamente, quiere negociar qué obtendrá Israel a cambio de evacuar colonias en Gaza y Cisjordania.
Sin embargo, según la radio pública, la Administración Bush no ha recibido aún planes detallados de Israel y habrá nuevas reuniones a nivel técnico antes de que el primer ministro Ariel Sharon viaje a Washington a finales de marzo. Además, según la emisora, el ministro de Exteriores, Sylvan Shalom, se reunirá con el primer ministro británico, Tony Blair.
El jefe del Ejecutivo quiere que Estados Unidos le garantice por escrito que no le pedirá negociar con los palestinos hasta que haya un cambio en su liderazgo, y que Israel podrá seguir construyendo en las colonias de Ariel, Gush Etzion y Maaleh Adumim, en Cisjordania, con vistas a su anexión.