Metzger, que conferenció el mes pasado con el Papa en la Santa Sede, le exhorta a «asumir la actitud apropiada» «lo antes posible» para evitar manifestaciones contra el pueblo judío como consecuencia de esa película, según una nota oficial entregada al Nuncio Apostólico en Tel Aviv, obispo Pietro Sambi, informa hoy, viernes, el diario The Jerusalem Post.
La película describe la pasión y la agonía de Cristo por la Vía Dolorosa o Via Crucis y el monte Gólgota de Jerusalén, después de ser rechazado por los judíos como su mesías.
El rabino Metzger dijo a los periodistas que, si bien no vio el filme, «distinguidos amigos que lo vieron» le informaron de que lleva «un mensaje subliminal» sobre una «culpabilidad colectiva» de los judíos por la crucifixión.
Metzger declaró que cuando estuvo en el Vaticano el Papa se refirió a los judíos como «nuestros hermanos mayores». Por ello, agregó, «es lamentable que una película tendenciosa y maliciosa arruine el progreso (en las relaciones judeo-cristianas) conseguido con gran cuidado».
Durante siglos, la Iglesia Católica caracterizó a los judíos como miembros del «pueblo deicida», motivo de persecuciones y matanzas en Europa hasta que el Papa Juan XXIII ordenó anular ese estigma.
La declaración conciliar Nostra Aetate, difundida por Juan XXIII en 1965, absolvió a los judíos -que siguen aún esperando a su mesías (mashiaj)- de la supuesta culpa de haber matado a Jesús.
El filme de Gibson, que desde esta semana bate récord de taquilla en EEUU, no será exhibido de momento en Israel pero no debido a la censura, prácticamente inexistente en este país, sino por falta de interés entre los distribuidores, que esperan ver antes sus resultados comerciales y cuánto les costará contratarla.
El director de la Cinemateca de Tel Aviv, Alón Garbuz, declaró a la prensa que proyectará la película si algún distribuidor la trae al país.
El líder político del Partido integrista Shas, Eli Ishai, en la oposición, ha solicitado a la ministra de Educación, Cultura y Deportes, Limor Livnat, que prohíba la cinta en Israel.
«Ishai y su gente nos quieren devolver a la oscuridad de la Edad Media. Estoy en contra de los que quieren taparnos la boca, y si los distribuidores traen el filme de Gibson, lo exhibiremos en la Cinemateca», insistió Garbuz, conocido artista plástico. EFE ez/ik
198