Bruna, que no cumplió aún 18 años y es madre soltera de dos niños, se presentará en el programa «Shishi Be’Gaón» del Canal 1 de la televisión israelí, para rememorar qué fue de su vida desde que regresó a su país tras lo que se consideró una sentencia «salomónica».
A los cuatro meses de edad, aparentemente secuestrada o vendida por su madre a una red internacional de traficantes de niños, Bruna fue adoptada por un matrimonio israelí que no podía tener hijos, y que -afirma-, ignoraba ese supuesto delito.
Bruna, nacida en Curitiba, pasó dos años con sus padres adoptivos, Simone y Jacobo Turgeman, con quieres ya se reunió esta semana en su casa de la localidad de Lod. El matrimonio optó por no participar en el programa, grabado ya para ser emitido esta noche.
La niña fue descubierta en 1988 por un periodista de la televisión británica que investigaba el destino de niños sudamericanos comercializados y adoptados por parejas sin descendencia.
Los padres biológicos de Bruna, Rozilda González y Luis Américo Vasconcelos, llegaron a Israel para reclamar la devolución de la niña. El proceso se prolongó dos meses y, finalmente, el Tribunal Supremo de Justicia ordenó a los Turgeman devolverla a sus progenitores.
Por orden judicial, asimismo, el traspaso de Bruna de un matrimonio a otro se llevó a cabo con la ayuda de una asistente social y una psicóloga durante un período de diez días para aliviarle a ella y a sus padres adoptivos el dolor de la separación.
«Mi madre no quiso que me quedaran recuerdos y quemó todas las fotografías para que no tuviese qué extrañar…pero cuando crecí, los que sabían de mí más que yo, me decían que mi madre me vendió por dinero», declaró al conductor del programa, Yoram Gaón.
Bruna le dijo que «yo creo en el destino, y si el destino me llevo al Brasil, fue lo que tuvo que pasar… pero, de otro lado, si me hubiese quedado en Israel quizá hubiera sido mas feliz», agregó.
De una infancia entre algodones en el hogar de los Turgeman, actualmente padres de una chica de 14 años, «Caroline» regresó a una «favela» para una vida llena de privaciones, según periodistas israelíes que la visitaron en años anteriores.
A los 13 años huyó de su casa, informa hoy el diario Yediot Ajronot, y quedó embarazada de un muchacho que la abandonó. El padre de su segundo huyó con él dejándola abandonada prácticamente en la indigencia, con una ayuda estatal de unos 20 dólares por mes.
El conductor del programa le preguntó durante la grabación si abrigaba algún sueño para su vida, a lo que Bruna respondió con un gesto de indiferencia, informa hoy la prensa.
«¿O querrías tener otro hijo?», gritó un espectador de la platea.
Bruna, que tenía a su lado a una traductora, no entendió la pregunta y respondió que «si lo tuviese, lo daría para que se críe en un mundo mejor que el que tuve yo» en Brasil.
Sus alimentos, contó durante la entrevista, se limitan a arroz, fríjoles negros, harina de maíz y leche. Esta noche, por primera vez, irá con tacones altos y con pendientes que le compraron en Tel Aviv.
Bruna y su hijo Daniel, huéspedes del Canal 1, fueron «vestidos de pies a cabeza» para la presentación en el principal horario de esta noche, cuando los israelíes comienzan la jornada del descanso sabático después de la cena ritual del «shabat».
Su madre, que tuvo siete hijos de cinco hombres, y no mejor vida que la de «Caroline», es desde hace dos años miembro de la Iglesia Universal y ha cesado sus contactos con los hombres, relató Bruna.
En cuanto a las relaciones con su madre, Bruna dijo que Rozilda la desprecia «porque seguí sus pasos…qué quieres, mamá, has sido un modelo para mi», agregó Bruna. EFE ez/vh
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