Bush dijo que la caída de Saddam iba a rediseñar el mapa de Oriente Medio. ¿Lo cree posible?
—Bush tiene un esquema marco para reactivar el proceso de paz por etapas. A los palestinos les exige que reformen el sistema político, que luchen contra el terrorismo y a Israel le exige que se retire de las líneas que ha ocupado después de la Intifada y que congele los asentamientos. Luego habría negociaciones para un acuerdo que crearía un Estado palestino temporario, y luego un acuerdo definitivo.
—¿Pero en qué va influir que Saddam Hussein no esté en el poder? Porque todos estos temas se vienen discutiendo desde hace muchos años.
—Bush piensa que después de la guerra será necesario estabilizar el Oriente Medio con un acuerdo israelí-palestino.
—Siria e Irán ahora apoyan a Saddam. Las matanzas de civiles encienden el antinorteamericanismo. Incluso ha habido atentados en Israel en solidaridad con Irak. ¿No es un escenario de pesadilla para un proceso de paz?
—En la guerra siempre algo falla. Si EE.UU. pensaba que esto iba a ser una guerra estéril, estaban equivocados. Coincido en que esto está produciendo cierto desbarajuste en Oriente Medio. Los espíritus están revueltos, ha habido duras expresiones de los sirios: no es positivo lo que está ocurriendo. No obstante, pienso que precisamente porque a EE.UU. no le está saliendo muy fácil, porque hay inestabilidad en la región y porque el sistema internacional se ha desintegrado, la guerra llevará a un acuerdo de paz.
—¿Cómo se llegaría a ese acuerdo?
—El escenario posguerra, seguramente bajo la presión de Tony Blair y los aliados europeos, obligará a Bush a entender que es necesario reconstruir el sistema internacional y meterse de pleno en la reconstrucción ordenada de la zona. La comunidad internacional no fue lo suficientemente útil, constructiva, porque no obligó a Arafat a tomar decisiones. Nosotros también cometimos errores. Pero nosotros no encontramos un socio para la paz. Ahora creo que Sharon está ahora en condiciones ideales para hacer la paz, porque ha derrotado la Intifada palestina.
—¿Derrotado?
—Sin dudas. La última cosa que Arafat pensó cuando lanzó la Intifada es que iba a nombrar un primer ministro. Ahora Arafat ha perdido la guerra y Sharon tiene la oportunidad de firmar la paz.
—Pero la coalición de Sharon incluye a partidos de extrema derecha, que se oponen a devolver tierras y menos aún de desmantelar asentamientos.
—(Sonríe). Tiene razón. Es difícil, muy difícil. Son capaces de entrar en el proceso, aunque no creo que culminen con lo que el plan exige. Pero si la comunidad internacional, luego de la guerra, empuja de manera necesaria, habrá un ajuste del mapa político israelí.
—¿Cómo influye la guerra en los sectores más extremistas del mundo árabe?
—Habrá una radicalización. La guerra va a producir repercusiones muy duras en sectores radicales árabes, en los jóvenes. La humillación en el mundo árabe nunca produjo democracia, siempre fundamentalismo y respuestas violentas. Las derrotas producen humillación. Por eso soy muy escéptico en lo que ser refiere a crear una democracia en el mundo árabe.
—¿Cómo puede ser que EE.UU. se sorprenda por la reacción del islámico?
—Hay algo ingenuo entre los occidentales. Pensaban que los iraquíes estaban deprimidos y que arrojarían flores a sus soldados. Sucede que muchas guerras de liberación acaban siendo de ocupación. EE.UU. se refiere a los países árabes como si fueran un pozo de petróleo o una estación de gasolina. Y los pecados de Washington están claros: han soportado a los tiranos y ahora hablan de democracia. Esto ha transmitido al mundo árabe un mensaje confuso, de doble moral. Pero los líderes árabes dicen que sus problemas vienen de EE.UU. y de Israel. En democracia hay que asumir responsabilidades.
—¿Las «guerras preventivas» de EE.UU. continuarán en otros países?
—Espero que esto no se convierta en un modelo de actuación, porque entraríamos en una etapa realmente muy peligrosa. Después de esta guerra será necesario estabilizar el Oriente Medio, logrando un acuerdo definitivo entre palestinos e israelíes, también con los sirios, y aspirar a un acuerdo global en la zona. Creo que EE.UU. no será capaz, al margen de lo que diga Rumsfeld, de montar cada 6 meses una guerra contra el dictador de turno. Tienen que respetar normas internacionales, pasar por la ONU. Ojalá que ése sea finalmente el resultado de esta guerra.
Fte Clarin