Esa transferencia, hecha al ministro de Finanzas de la ANP, Salam Fayed, incluyó por primera vez parte -unos 20 millones- de un total de 400 millones de dólares cobrados en concepto de impuestos de aduana y pagados por obreros palestinos que trabajan en este país, y que estaban bloqueados desde que comenzó el alzamiento, la «intifada de la mezquita de Al Aqsa», el 28 de septiembre del año 2000.
Israel se comprometió a reembolsar mensualmente el dinero que había bloqueado y debe hacerlo a razón de 100 millones de «shékel» 20 millones de dólares, junto con el monto correspondiente a los ingresos que obtenga como recaudador de impuestos para la ANP.
El Gobierno de Israel había bloqueado y dejó de transferir ese dinero con el argumento de que «Arafat lo emplea para financiar ataques terroristas» con la participación de efectivos de sus organismos de seguridad en Cisjordania y Gaza.
Un contable de los Estados Unidos es el encargado de supervisar las transferencia y el empleo del dinero que recibe la ANP.
El rotativo israelí indica que el Ministerio de Finanzas, a cargo de Silván Shalom, ha querido mantener en la sombra la transferencia de dinero al Gobierno palestino por el acuerdo en cuya negociación participó EEUU, y sólo informó a la prensa de que del dinero bloqueado se le reembolsó un equivalente de 11 millones de dólares a la Corporación de Electricidad por deudas de la ANP.
Los partidos ultranacionalistas de este país impugnan ese acuerdo y la transferencia de dinero «a los terroristas de Arafat».
Israel es agente de retención del Gobierno palestino por un acuerdo sobre cooperación económica anexo al que en 1995 sirvió para pactar la autonomía de las ciudades palestinas de Cisjordania, que hace siete meses, tras una ola de ataques de la resistencia, volvieron a ser ocupadas por el Ejército israelí. EFE ez/msr