Señor Peres, usted habla a menudo del Medio Oriente con el que sueña. ¿Cree que usted será testigo de los cambios necesarios en esta zona para que ello se concrete?
No tengo duda alguna.
¿De dónde sale esa profunda convicción suya? ¿Es producto de un optimismo a prueba de fuego o de alguna información que usted tiene y que otros no conocemos?
Alguien ya dijo que ningún pesimista descubrió jamás un astro en el cielo.
«Sigo pensando que la unión con el gobierno de Sharon fue correcta».
Yo he visto muchas de mis ideas optimistas cristalizadas, entre ellas cosas hasta atrevidas y osadas.
Personalmente creo que imaginar es mucho más importante que recordar.
Lo que no hay que imaginar es lo que ya conocemos, como ser la cruenta crisis de los últimos dos años.¿Cómo lograr la paz que le ponga fin?
Hay que avanzar no como un ferrocarril sino como una flota.
No un vagón detrás del otro sino como varios barcos que emprenden su marcha al mismo tiempo.
Si uno quiere avanzar como un tren, al trancarse el primer vagón, se tranca todo el ferrocarril. Ese es el error de Sharon que dice «primero alto el fuego y si no, nada».
Pero entonces no hay nada.
Usted habla de errores cometidos por el primer ministro Ariel Sharon, pero fue su socio durante casi dos años en el gobierno de unidad nacional.
Después de las últimas elecciones, en las que sufrimos (el laborismo) una gran derrota, teníamos que decidir dónde ser oposición: en la Kneset (el parlamento) o en el gobierno.
El mensaje es que no sólo hay que combatir al terrorismo sino también a sus razones. Si nos limitamos a combatir a los terroristas, el terrorismo aumentará
Creo que si nos hubiéramos quedado en la Kneset, nuestra influencia habría sido nula.
Estando en el gobierno, fue parcial.
No podíamos convertirnos en mayoría. Sigo pensando que la decisión fue correcta y no la lamento.
¿No hubo momentos de crisis en los que usted consideró que había que salir del gobierno, que no podían seguir siendo socios de Sharon?
¿Qué habríamos ganado si hubiéramos adelantado las elecciones en unos meses? Si lo hubiéramos hecho ¿qué habría cambiado?
Sabía que si salíamos, iríamos a elecciones.
También ahora, si no surge un gobierno que sepa lidiar con la realidad, caerá. No aguantará mucho.
¿Con qué mensaje va el laborismo a las elecciones del 28 de enero en lo que respecta a los atentados?
El mensaje es que no sólo hay que combatir al terrorismo sino también a sus razones.
Si nos limitamos a combatir a los terroristas, el terrorismo aumentará.
Hay que prestar atención a la situación en los territorios y también a la falta de esperanza para los palestinos.
Por lo tanto, hay que crear condiciones para que el terrorismo se detenga, no para que continúe.
¿Cree adecuada la idea del actual jefe laborista, Amram Mitzna, de empezar retirándose de la Franja de Gaza, desmantelando de hecho los asentamientos israelíes en la zona?
Creo que la idea de salir de Gaza de inmediato es correcta.
Peres concuerda con Mitzna sobre el retiro de Israel de Gaza.
No tenemos nada que hacer en Gaza. Estar allí cobra un alto precio en vidas humanas, un alto precio en términos de la economía nacional.
Cuanto antes salgamos, mejor será para la gente de Gaza, para los israelíes y para la paz.
¿También hay que evacuar pronto asentamientos en Cisjordania?
Cada cosa en su momento.
Empecemos con Gaza y sigamos luego adelante.
Sería mejor lograrlo mediante negociaciones y acuerdos, pero ¿tiene Israel ahora con quién hablar del lado palestino? ¿Con el propio Yasser Arafat?
Con el grupo que rodea a Arafat.
El problema de los palestinos, son los grupos armados, no nosotros. Si no controlan a los grupos armados, no tendrán futuro alguno.
Y si Arafat hace reformas, se podrá llegar a un acuerdo con el nuevo gobierno.
Eso, cuando no todo dependa de un individuo y de sus caprichos sino de un gobierno ordenado.
También en la situación actual hay con quien hablar. Pero ante todo hay que iniciar negociaciones. Sólo con armas no solucionaremos nada.
Usted dijo repetidamente que Israel no puede elegir los líderes de otro pueblo.
Es verdad, pero les exigimos a ellos elegir el sistema adecuado.
La discusión debe ser sobre el sistema, no sobra las figuras que lo protagonizan.
¿Cree que la crisis de estos años es producto de responsabilidades compartidas?
El pasado me aburre terriblemente, porque no podemos cambiarlo.
¿Cómo evalúa usted la situación actual de los palestinos?
Si no controlan a los grupos armados, no tendrán futuro alguno.
«Si Arafat no controla a los grupos como Hamas o la Jihad, ellos lo controlarán».
El problema de los palestinos, son los grupos armados, no nosotros.
Si no demuestran capacidad de controlar a su pueblo, de gobernar en forma efectiva, no habrá pueblo.
Quien causó el mayor daño a Arafat fue el Hamas, la Jihad Islámica, todos esos grupos .
Si no los controla, ellos terminarán controlándolo a él. La situación será caótica.
¿Cuál es su sueño, su gran aspiración?
Un nuevo Medio Oriente que entre a la nueva era, de ciencia y tecnología. Ese es el primer sueño.
El segundo es que haya un adelanto tecnológico y científico tal que cambie al mundo todo.
Todo aquello de lo que hemos sido testigos hasta ahora empalidecerá ante lo que veremos.
Yo ya quiero que eso suceda, que sigamos avanzando.
¿Y cuál es su sueño para Israel?
Un país que viva en tres dimensiones.
Desde el punto de vista espiritual, en base al legado judío. Que sea un pueblo rebelde y agudo, que no da descanso al mundo, en el buen sentido de la palabra. Esa debe ser nuestra cédula de identidad.
Desde un punto de vista político, como parte del nuevo Medio Oriente.
Y desde un punto de vista científico, un país que se encuentre en la primera línea de la «nano-tecnología» (tecnología que utiliza elementos minúsculos).
Esas son las tres cosas a las que aspiro.
Me sorprende que no haya mencionado siquiera el sueño de paz.
Daba por entendido que todo eso puede suceder sólo en un espacio en el que reine la paz.