Después de la tradicional oración de los viernes, cientos de palestinos enmascarados se concentraron en las calles de Gaza capital y del campo de refugiados de Yabalia, mientras en Jerusalén una treintena de jóvenes lanzaron piedras a la policía israelí, que irrumpió en la Explanada de las Mezquitas.
La «jornada de la ira» fue convocada ayer jueves por el Comité de Seguimiento de la Intifada, que reúne a las fuerzas nacionalistas e islámicas palestina, en respuesta a una propuesta de ley del Congreso de EEUU que esta misma semana instó a la Administración del presidente George W. Bush a trasladar su embajada de Tel Aviv a Jerusalén.
La convocatoria fue dada a conocer en panfletos y medios de prensa y exhortaba a manifestaciones después de los rezos en las mezquitas y en las iglesias de Jerusalén y Belén.
En respuesta a ese llamamiento, en Gaza, milicianos de las Brigadas de Al Aksa dijeron hoy por los altavoces que continuarán los atentados suicidas contra Israel, al tiempo que muchos de los participantes efectuaban disparos al aire.
La manifestación en Yabalia transcurrió sin incidentes mientras en la ciudad vieja de Jerusalén unos 150 jóvenes palestinos entraron en el recinto de «Al Aksa» al concluir los rezos en la Explanada de las Mezquitas.
Una treintena de ellos lanzó piedras a los agentes de la Policía israelí que aguardaban a un centenar de metros, en uno de los accesos al lugar.
Un portavoz de la Policía confirmó que fuerzas antidisturbios se desplegaron esta mañana en los alrededores de la ciudad vieja de Jerusalén tras conocer la convocatoria para una nueva «jornada de la ira».
Según la radio pública, alrededor de medio centenar de policías israelíes irrumpieron en la Explanada -que los judíos conocen como Monte del Templo- y lanzaron granadas de estruendo y gases lacrimógenos para alejar a los manifestantes de la zona contigua al Muro de los Lamentos, sagrado para los judíos.
«Pensamos que los manifestantes iban a lanzar piedras a la explanada que hay a los pies del Muro de los Lamentos, donde rezan los judíos, así que la Policía irrumpió en el recinto y lanzó unas cuantas granadas de estruendo», afirmó el portavoz policial.
Los funcionarios del Wakf Islámico, el organismo que administra los lugares santos musulmanes, se encargaron de apaciguar los ánimos entre los jóvenes palestinos, lo que evitó un choque directo entre ellos y la Policía israelí.
Según fuentes palestinas, unos 5.000 feligreses asistieron hoy a los rezos aunque la mayoría abandonó la Explanada poco después, con la excepción de los 150 jóvenes que permanecieron dentro de la Mezquita de Al-Aksa, la tercera más sagrada para el Islam después de las de la Meca y Medina en Arabia Saudí.
La decisión del Congreso de reconocer Jerusalén como capital del Estado de Israel ha sido eludida por la Administración Bush -que la considera un obstáculo para sus esfuerzos a fin de concertar una coalición internacional contra Irak-, aunque ha causado gran malestar en círculos políticos palestinos.
El presidente Yaser Arafat reivindica la parte oriental de Jerusalén, donde viven unos 200.000 palestinos, como capital de un futuro Estado independiente, y ve la decisión del Congreso como una prueba más de la «parcialidad» de Estados Unidos, principal mediador en el conflicto de Oriente Medio.
Por otro lado, un joven palestino identificado como Muhamad Abu Ali Zeid, 15 años, fue muerto por soldados israelíes en un incidente que se registró hoy en las proximidades de la aldea de Barta, sobre la Línea verde. El palestino fue abatido por los soldados cuando lanzaba piedras a una patrulla militar.
Asimismo, otro niño palestino, en este caso de 12 años, resultó gravemente herido en el campo de refugiados de Al Askar, en Naplusa, a causa de varios impactos de bala disparadas por soldados israelíes que trataban de detener a un taxista por violar el toque de queda en la ciudad.
FOTO.Hareetz
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