Itongadol.- A las 11.55 horas del 9 de octubre de 1982, un grupo de seis personas armadas empezó a disparar y lanzar granadas de mano contra la gente que salía en aquel momento de la sinagoga de Roma, a las orillas del Tíber, no lejos del Vaticano.
El balance de este horrible atentado fue de un niño de dos años, Stefano Tache, muerto; un hermano de éste, agonizante, y 34 heridos, muchos de ellos muy graves.
Entre los heridos figuraron varios muchachos de diez a catorce años..
Los terroristas lanzaron desde dos coches cinco bombas de mano, de las cuales una no explotó, y dispararon centenares de balas con armas automáticas, desapareciendo después, a pesar de las medidas de seguridad que se habían adoptado en torno a la sinagoga de Roma.
Inmediatamente después del atentado, la comunidad judía se presentó en masa ante la sinagoga.
En el lugar del atentado se presentaron en seguida el presidente del Gobierno, Giovanni Spadolini, y diversos líderes políticos. Un grupo de gente aplaudió al secretario general del Partido Socialdemócrata, Pietro Longo, porque había sido el único líder político que hace unas semanas se negó a recibir a Arafat durante su visita a Roma, según publicó el diario El País.