Tres ex diputados que integraron la comisión bicameral de seguimiento de las investigaciones de los atentados contra la Embajada de Israel y la AMIA defendieron ayer la actuación del juez federal Juan José Galeano en el segundo de esos casos, pero tomaron distancia de sus irregularidades.
Fue en el marco de la octava jornada del juicio que se le sigue al suspendido magistrado en el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados.
Hoy concluirá la etapa de los testigos con la presencia estelar de los espías que actuaron en la causa, encabezados por el ex secretario de Inteligencia menemista Hugo Anzorreguy.
Ayer fue el turno de los ex diputados Marcelo Stubrin, Melchor Cruchaga (ambos de la UCR) y Carlos Soria (PJ). Los tres fueron citados a pedido de la defensa de Galeano, pero no fueron muy útiles para su defensa por cuanto dijeron desconocer en su momento las irregularidades que ahora se le endilgan al magistrado.
«Según lo que dijeron estos testigos, la comisión Bicameral nunca tuvo conocimiento de los principales cuestionamientos contra el juez; por lo tanto de ninguna manera puede considerarse que la comisión estaba en condiciones de evaluar lo que realmente sucedía en la causa porque desconocía las irregularidades principales que se le imputan a Galeano», dijo la diputada Marcela Rodríguez, acusadora por el Consejo de la Magistratura.
Además, Soria y Cruchaga terminaron denunciados por el Tribunal Oral Federal 3, que el año pasado anuló gran parte de la causa, absolvió a todos los procesados y detectó innumerables irregularidades en el caso. El tribunal los acusó de encubrimiento.
Es porque supieron de las entrevistas filmadas entre Galeano y Carlos Telleldín, y sin embargo no lo denunciaron.
Los ex legisladores admitieron que actuaron en «apoyo» de Galeano, para ayudarlo a destrabar la falta de colaboración de algunos organismos y equiparlo de medios para llevar a cabo su tarea.
Además, diferenciaron claramente su actuación de la que, por ejemplo, hizo la Corte Suprema con el atentado contra la Embajada de Israel.
Ayer faltó un testigo importante.
Es César Fernández, un allegado a Telleldín que denunció haber sido torturado por personal de la SIDE con conocimiento del juez. Quien sí estuvo fue Miriam Salinas, una acusada que terminó como testigo de identidad reservada para ayudar a la hipótesis de Galeano: que Telleldín les dio el coche–bomba a un grupo de policías bonaerenses.
Clarin F. Moores