«A los ojos del presidente Bush, Arafat nunca ha desempeñado el papel de alguien en quien se pueda confiar o que sea eficiente», dijo el portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer.
Por su parte, el secretario de Estado, Colin Powell, expresó que las presiones para que Arafat lleve a cabo una verdadera reforma se han incrementado entre su propia gente. «Creo que el pueblo palestino espera que Arafat haga más», dijo.
El Ejército israelí ha penetrado esta madrugada en las localidades cisjordanas de Ramala y Al Beereh. Los tanques y los vehículos blindados han abierto fuego contra el cuartel general de Yasir Arafat y han ocupado parte de las instalaciones. Un guardia palestino ha muerto y otros 30 han resultado heridos.
Arafat se encontraba dentro del edificio, aunque no ha resultado herido.
El líder palestino se ha presentado desafiante, haciendo el signo de la victoria. Arafat ha sentenciado que «las operaciones del Ejército israelí sólo incrementarán la determinación del pueblo palestino». Llamó también a la comunidad internacional para ver el resultado de lo que denominó «los actos fascistas de hoy».
La tercera planta de uno de los edificios del complejo quedó destruida. Además, los soldados israelíes dinamitaron un edificio del complejo que albergaba una prisión y las oficinas de la administración palestina y causaron importantes daños en otra ala donde se encuentra una sala de prensa.
Unos 50 vehículos armados israelíes acompañados de seis excavadoras han llevado a cabo la amplia incursión en Ramala y Al Beereh. El Ejército israelí ha justificado el nuevo ataque contra el cuartel general de Arafat porque considera a la Autoridad Palestina «directamente responsable de financiar el terrorismo».
Esta nueva operación militar israelí se produce en respuesta al atentado con coche bomba perpetrado ayer contra un autobús en el cruce de Meggido, cercano a Haifa, que causó 18 muertos, entre ellos 13 soldados israelíes y el suicida palestino, además de 37 heridos.