Itongadol.- Cuando el presidente del servicio de emergencia israelí ZAKA, Yehuda Meshi-Zahav, se encontraba en Sudáfrica para un programa de capacitación con decenas de voluntarios actuales y nuevos de la organización, se tomó un tiempo para ir de visita al safari. Sin embargo, se llevó un gran susto.
Hasta cierto punto, se permite a los visitantes caminar con los leones, después de una sesión informativa sobre cómo comportarse con ellos: no se inclinen, no se arrodillen, no se toquen la cabeza, porten un palo con el que estén familiarizados, entre otros detalles a tener en cuenta.
Meshi-Zahav estaba con dos leonas, cuando de repente una de ellas giró su cabeza hacia él. Luego, con un salto repentino, ella se abalanzó sobre él y lo tiró al suelo. Los lugareños inmediatamente corrieron en su defensa, golpearon a la leona con palos y liberaron a Meshi-Zahav.
Al respecto, Yehuda Meshi-Zahav expresó: "Fue absolutamente aterrador, por primera vez en mi vida sentí verdadero miedo y el poder de la leona. Recordé que no debía caer al suelo, de lo contrario la leona me atacaría. Pero no podía soportar la fuerza de ella. La gracia de Dios me salvó. Lo único que necesité fue una inyección de tétanos en la clínica local para evitar cualquier infección por los arañazos".
Y por supuesto, cuando la leona me atacó, recordé el versículo: "Cachorro de león, Judá; De la presa subiste, hijo mío. Se encorvó, se echó como león, Así como león viejo: ¿quién lo despertará?” (Génesis 49: 9).