Itongadol.- Un año de encuentros entre sobrevivientes del Holocausto y estudiantes de secundaria en Karmiel alcanzó su punto culminante en una excursión compartida al Parque del Lago Hula en el norte de Israel.
Este entorno verde proporcionó el telón de fondo perfecto para el tiempo pasado juntos en un ambiente diferente y una profundización de la relación en ambos lados. Estas actividades son organizadas conjuntamente por el Proyecto "Connected", la Fundación para el Beneficio de las Víctimas del Holocausto en Israel, el Ministerio de Bienestar Social y Servicios Sociales de Israel y el KKL.
"Nuestro objetivo es aliviar la soledad que sufren muchos sobrevivientes del Holocausto creando un vínculo social entre estas personas mayores y los estudiantes de secundaria", explicó el director del Proyecto “Connected”. Liat Goren. Cada semana los estudiantes de secundaria que participan en el proyecto visitan a los sobrevivientes en sus hogares, hablan con ellos, los escuchan y los ayudan a aprender a usar las nuevas computadoras que el proyecto les proporcionó. "Los estudiantes aprenden una lección sobre la vida que ningún sujeto escolar podría enseñarles", destacó el director Goren.
Cientos de estudiantes de secundaria y sobrevivientes del Holocausto en todo Israel están participando en este proyecto de encuentro. La excursión al Parque del Lago Hula contó con la asistencia de un grupo de unos treinta estudiantes de la Escuela Ort Psagot de Karmiel y de sobrevivientes del Holocausto del Centro de Día Eshkolot en Karmiel.
"Estas personas mayores esperan toda la semana hasta el día de su reunión", manifestó Miri Halbani, directora del Centro de Día Eshkolot. "El conocimiento de que los demás piensan en ellos y se interesan por ellos los fortalece mucho. Los estudiantes, por su parte, están descubriendo que los ancianos también pueden estar llenos de las alegrías de la vida y ansiosos de contacto social".
Antes de salir al Lago Hula, todos se sentaron en el vestíbulo y conversaron, bebieron café y disfrutaron de la sensación de unión. El evento se animó aún más cuando el voluntario Boris sacó su acordeón y comenzó a tocar canciones familiares israelíes: jóvenes y ancianos se unieron en el canto y aplaudieron a tiempo con la música.
"Me sentí atraído por este proyecto porque quería escuchar a las personas que habían vivido el Holocausto contar sus propias historias, ya que es algo muy diferente leer sobre ellas en los libros de historia", explicó Shai Cohen, de 16 años, que entró en contacto con Ilana, de 90 años, que emigró a Israel desde Hungría. "Esta relación me ha enseñado mucho, me ha dado mucha satisfacción y, lo más importante de todo, nos hemos convertido en verdaderos amigos", expresó el estudiante de secundaria.
"Este es un proyecto maravilloso y los niños son maravillosos", subrayó Anna Schmokler, de 82 años. "He aprendido a usar una computadora, y ahora puedo mantenerme en contacto con mis nietos en Skype."
Roni Inbar, profesor de literatura que acompañó la excursión al Lago Hula, considera este proyecto único como una oportunidad para que los alumnos puedan dar algo de sí mismos para el beneficio de los demás. "No hay duda de que ambas partes se benefician mucho de estas relaciones", afirmó.
Mientras los miembros del grupo salían a recorrer el Lago Hula, escucharon explicaciones sobre el sitio proporcionadas por el guía Moish Levi, quien describió cómo el Estado de Israel había drenado el lago en la década de 1950 con la esperanza de desarrollar nuevas tierras para la agricultura. En cambio, el proyecto de drenaje causó daños ecológicos y afectó la calidad del agua en el Kinneret, por lo que a principios de los años noventa el KKL fue llamado para recrear el lago.
KKL desarrolló desde entonces el lago con la ayuda de sus amigos en todo el mundo, y hoy es el principal de Israel.