Itongadol.- La mayoría de los hoteles israelíes evitan que los visitantes judíos no ortodoxos lleven a cabo servicios de oración mixtos por temor a que el Rabinato Ortodoxo cancele sus licencias para proveer comida kosher, de acuerdo con una investigación de TV del Canal 10.
La investigación, difundida el lunes, abrirá probablemente otro frente de batalla para los movimientos reformistas y conservadores, que representan sólo entre cinco y ocho por ciento de la población judía de Israel, pero más de tres millones de judíos en Estados Unidos.
A diferencia de los judíos ortodoxos, reformistas y conservadores, los hombres y las mujeres pueden sentarse uno al lado del otro durante los servicios de oración y permitir que las mujeres usen mantones de oración y yarmulkes y participen plenamente en los rituales de la sinagoga.
"La mayoría de los gerentes de hoteles en Israel se niegan a permitir servicios de oración igualitarios, no porque se opongan a ellos sino porque temen que el Rabinato Principal quitará sus certificados de kashrut por comida, lo que, desde su punto de vista, es una sentencia de muerte", manifestó la investigación.
Los supervisores de Cashrut son empleados que comprueban que que las cocinas de los hoteles funcionen según la ley religiosa judía. Pero los empleados de tres hoteles – Ramat Rahel de Jerusalem e Inbal, y el Hotel Shefayim en la llanura costera – se podían oír claramente en grabaciones de cámaras ocultas diciendo que las decisiones sobre la oración no ortodoxa también eran responsabilidad de los supervisores cashrut.
En una conversación registrada, un empleado de la capital Inbal Hotel respondió a una solicitud de un servicio mixto de oración de género diciendo que los supervisores Kashrut fueron las personas que decidieron. El empleado insistió en que los supervisores eran responsables de "muchas áreas", no sólo de las cocinas. "No creo que nos permitan ofrecer un rollo de Torá para la oración de género mixto", expresó.
Jonathan, identificado sólo por su primer nombre, que dirige un hotel en el norte de Israel que es popular entre los visitantes judíos estadounidenses, dijo al programa: "Ellos [supervisores kashrut] piden que no permitamos la oración igualitaria".
En respuesta a la investigación, el movimiento conservador de Israel dijo que demandaría a algunos de los hoteles por daños y perjuicios por discriminación ilegal. Yizhar Hess, jefe del movimiento conservador en Israel, dijo que el rabinato estaba explotando su monopolio sobre la práctica religiosa en el país para "forzar en la esfera pública en los hoteles las normas ortodoxas de la halajá que no están conectadas de ninguna manera a la comida que se cocina en la cocina".
Los hallazgos del canal 10 representaron "un verdadero sabotaje" tanto del turismo entrante como de los intentos de retratar una imagen positiva del país, continuó. "Queremos turismo judío, queremos que los judíos consideren la aliá [inmigración a Israel]. Vienen a un hotel y son tratados como judíos de segunda clase", concluyó.