Itongadol.- En un nuevo aniversario del ataque terrorista que el 17 de marzo de 1992 asesinó a 29 personas y provocó cientos de heridos, AMIA se unió a la Embajada de Israel en la Argentina en su reclamo de verdad, memoria y justicia.
A pocas horas de conmemorarse el vigesimoquinto aniversario del atentado a la sede diplomática y de realizase el acto central en la plaza seca de Arroyo y Suipacha, el jueves 16 AMIA recibió la visita de la delegación israelí encabezada por Yuval Rotem, Director de la Cancillería israelí, y de Ilan Sztulman, embajador de Israel en el país, quienes participaron del acto de recordación a las víctimas que organizó la institución.
Ante la presencia de los familiares de las víctimas, sobrevivientes y representantes de diferentes entidades comunitarias, el presidente de AMIA, Leonardo Jmelnitzky, fue el encargado de brindar la bienvenida a los asistentes, y de referirse al 25º aniversario del atentado terrorista. “El atentado a la Embajada de Israel en Argentina constituyó un punto de inflexión en la historia de nuestro país y en la comunidad judía”, destacó Jmelnitzky. “Fue como un primer paso en el que siguieron el atentado a la AMIA, el Memorándum con Irán y la muerte, en circunstancias muy dudosas, del fiscal Alberto Nisman, un día antes de que fuera a exponer al Congreso de la Nación sobre su investigación sobre el ya referido Memorándum”.
En el acto, se escucharon también las palabras de Ariel Cohen Sabban, presidente de la DAIA, y el Embajador Ilan Sztulman. Por su parte, el Rabino Gabriel Davidovich pronunció el kidush en memoria de las personas que perdieron la vida en el atentado, mientras que Dani Carmon, cónsul en el momento del atentado, encendió una vela frente a la placa que recuerda en AMIA a las 29 víctimas. También Rotem y Sztulman colocaron una ofrenda floral en memoria de los fallecidos.
Asimismo, unidos bajo el nombre de “#EmbajadoresDeLaMemoria”, los jóvenes convocados por la Mesa de Juventud, llevaron adelante como ya es tradicional, una vigilia, frente a la ex sede de la embajada para mantener vivo el reclamo y poder transmitirlo a las nuevas generaciones.