AJN.- Por Roxana Levinson, corresponsal en Israel. El director general de la oficina del primer ministro, Yoav Horowitz, se encuentra en Washington. Allí, junto al embajador de Israel, Ron Dermer, continuará el diálogo sobre la moderación que solicitó el presidente Trump en la construcción en los asentamientos.
Durante la visita del enviado especial del presidente Donald Trump, Jason Greenblat, la moderación en la construcción en los asentamientos fue el tema central de sus extensas conversaciones con el primer ministro Binyamin Netanyahu.
Si bien en el comunicado conjunto posterior a las conversaciones aseguraron que hubo “avances”, también admitieron que no llegaron a acuerdos y decidieron continuar el diálogo entre la oficina del primer ministro y la Casa Blanca.
Anoche arribó a Washington el director general de la oficina del primer ministro, Yoav Horowitz, que se sumará a las reuniones que mantiene el embajador de Israel, Ron Dermer, con Greenblatt y su equipo de trabajo.
En Israel estiman que se necesitarán muchas reuniones y mucho diálogo para llegar a un acuerdo y para encontrar una fórmula que permita, al mismo tiempo, que Netanyahu pueda cumplir su promesa de construir un nuevo asentamiento para las familias evacuadas de Amona.
En este delicado momento de crisis en el gobierno, en el que incluso se habla de elecciones anticipadas, el primer ministro Netanyahu se encuentra entre la presión norteamericana para desacelerar el ritmo de la construcción de los asentamientos y la presión de los ministros y legisladores de su propia coalición – de derecha y de extrema derecha – no sólo para aumentar dicha construcción sino también para anexar territorios. El mandatario tiene en claro que una medida de esta naturaleza llevaría a una inmediata crisis con la Administración Trump.
La moderación en la construcción podría ser un paso previo al congelamiento y una puerta a la reanudación de las negociaciones, aunque también podría provocar un agravamiento de la actual crisis y hasta la caída del gobierno.