Itongadol.- El activista egipcio de derechos humanos Majed el-Shafie arroja luz sobre la realidad de los conflictos y la supervivencia a través de su último documental, Morir para vivir. En una entrevista exclusiva con The Media Line, El-Shafie habló de su viaje personal, su defensa de los derechos humanos y la misión de la película de fomentar el entendimiento en medio de la agitación actual en Oriente Medio.
El-Shafie, fundador de One Free World International, compartió su desgarradora experiencia de tortura en una prisión egipcia antes de huir a Israel en busca de refugio. «Me torturaron muy duramente bajo tierra. Las cicatrices de mi cuerpo son mi Medalla de Honor», dijo, explicando cómo su sufrimiento le motivó a crear su organización mundial de derechos humanos. Reflexionando sobre sus primeras interacciones con israelíes, El-Shafie declaró: «Por primera vez, me senté con israelíes y comprendí su compasión y su amor. Dios utilizó a Israel para salvarme la vida».
Su documental, Morir para vivir, no sólo relata los brutales atentados del 7 de octubre de 2023 dirigidos por Hamás contra Israel, sino que también pretende contrarrestar las ideologías extremistas. «El primer propósito es contar la verdad sobre la situación en Israel al mundo occidental. El segundo propósito es decir a los israelíes que no están solos; de hecho, un egipcio está a su lado. El tercer propósito, y el más importante, es duplicar esta película en árabe, persa y urdu para luchar contra la ideología extremista y el negacionismo en Oriente Medio», explicó El-Shafie.
David Parsons, vicepresidente de la Embajada Cristiana Internacional de Jerusalén, elogió la profundidad emocional de la película. «Majed humaniza a la gente y su sufrimiento. La cámara capta momentos especiales, como el de Harel Lapidot llorando la pérdida de su sobrina, y convierte a los israelíes en seres reales, no horribles ni aterradores, sino seres humanos reales que han sufrido», señaló Parsons.
Una de las historias más conmovedoras de la película es la de Harel Lapidot, que perdió a su sobrina, Tiferet, durante el atentado de Hamás en el Festival Nova. Lapidot expresó su dolor en declaraciones a The Media Line: «Cada día que me levanto por la mañana, me digo a mí mismo que tal vez sea sólo una pesadilla. Tiferet era nuestro sol, cazada como un animal durante un festival por la paz. Fue asesinada sólo por ser judía». Lapidot también recuerda la compasión de Tiferet, destacando su dedicación a ayudar a niños de todas las religiones en Sudáfrica e Israel.
El documental también se enfrenta a las críticas a Israel, especialmente tras los atentados del 7 de octubre. En respuesta a figuras como el cómico egipcio-estadounidense Bassem Youssef, El-Shafie subrayó la necesidad de claridad moral. «No importa cuál sea tu postura en el caso de los israelíes y los palestinos. Lo que ocurrió el 7 de octubre está mal. Matar a inocentes está mal. Fin de la historia», afirmó.
El-Shafie también desafió a los críticos que difunden información errónea. «¿Están dispuestos a creer a una organización terrorista sin hechos? Sean honestos en su opinión. Debatan con alguien que sepa de lo que habla», instó.
Para concluir con un poderoso mensaje, El-Shafie pidió a los espectadores que reflexionaran sobre su papel en la lucha contra la injusticia. «Una vez que conoces la verdad, tienes dos opciones en la vida: Te conviertes en parte del problema o en el corazón de la solución. El mundo no recordará las palabras de nuestro enemigo, sino el silencio de nuestros amigos».
Morir para vivir sirve tanto de testimonio del sufrimiento como de llamada a la acción. Al compartir historias personales de pérdida y resiliencia, el documental desafía al público a enfrentarse a verdades incómodas y a convertirse en agentes del cambio en un mundo plagado de divisiones.