Itongadol.- El teniente Yinon Granot, oficial de tanques herido de gravedad en Jabalia y actualmente en rehabilitación en el Centro Médico Sheba, habló con Arutz Sheva – Noticias Nacionales de Israel en honor del Día de Agradecimiento a las Bajas de las FDI. Relató el momento de su lesión y expresó su deseo de volver al servicio activo tras su recuperación.
Al principio de la entrevista, describe la herida en Gaza: «Levanté la cabeza del tanque para indicar dónde atacar. Se activó un artefacto explosivo colocado en la ventana. Me alcanzaron en el cuello, me cortaron la arteria corótida, me hirieron en la cara y el pecho, y recibí una metralla que me perforó el pulmón y ahora está alojada en el diafragma, por lo que tengo que operarme».
«Lo recuerdo todo», añade. «Estuve consciente unos dos minutos después del suceso. Detuve la hemorragia de mi arteria principal, pero sentí dificultad para respirar. Me evacué hacia la puerta trasera, pedí al equipo que me evacuara hacia atrás, y justo en las últimas palabras antes de perder el conocimiento, les dije que tiraran todas sus vendas al pasillo, y empecé a vendarme con otro soldado hasta que perdí el conocimiento.»
Describe sus pensamientos en esos momentos críticos. «Pensaba para mis adentros que estaba a punto de morir y me sentía mal porque pensaba en mis padres y en mi novia. Pensaba sobre todo en ellos. Cuando me desperté, lo primero que me pregunté fue: ‘¿Estoy vivo? Me dijeron que sobreviviría, y entonces pregunté si el equipo estaba bien y me sentí aliviado cuando la respuesta fue positiva».
Antes de resultar herido, Granot pasó todo un año muy involucrado en la guerra. «Fue un año muy intenso. La guerra se convirtió en una forma de vida, y allí nada se calmó realmente. Cada entrada no es menos estresante que la anterior, y te sientes como si fuera tu primer día en Gaza. Allí no hay complacencia; es el lugar con más trampas explosivas que he visto, y he estado en todos los lados de Gaza. Sigue habiendo muchos terroristas, y ése es el mensaje que hay que transmitir a quienes piensan que ya hemos acabado allí».
Describe el proceso de rehabilitación como especialmente enriquecedor. «La rehabilitación aquí es increíble. El mero hecho de estar aquí con todos los chicos es realmente el mejor tratamiento mental. Cuando todos hablan, todos tienen problemas similares, pasan por dificultades parecidas, es increíble, y hay un gran apoyo de los ciudadanos que se ofrecen como voluntarios y hacen donaciones. Es alentador. No hay duda de que si estuviera en un lugar difícil, estaría en otro estado. Este cálido abrazo me levanta».
Mientras tanto, cuenta los días que faltan para volver a luchar. «Después de todas las operaciones y la rehabilitación, volveré al servicio».