Itongadol.- Este miércoles se cumplieron cuarenta días del asesinato selectivo del líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah. En una entrevista concedida por el canciller iraní, Abbas Araghchi, a una medio persa, reveló varios secretos sobre la protección que recibía el difundo secretario general de la organización chií, así como detalles de los últimos días previo a su eliminación.
Israel eliminó a Nasrallah el 27 de setiembre último con un bombardeo sobre el cuartel de la dirigencia del partido con más de 80 bombas que penetran las fortificaciones. El líder se encontraba en un búnker bajo tierra.
Araghchi contó en la entrevista que fue publicada por la Agencia Estudiantil de Noticias iraní este martes: «Estaba en Nueva York y fui a la Asamblea General. En un momento me llegó la noticia de la muerte de Hassan Nasrallah. Un amigo me envió la noticia de una explosión en el suburbio sur de Beirut, y esperaba que no fuera grave. Seguí las noticias todo momento, y lamentablemente las malas noticias se confirmaron».
El responsable de la diplomacia iraní reveló que planeó reunirse con Nasrallah previo a su asesinato, pero que quien evitó encontrarse fue el mismo secretario general de Hezbollah, quien le pidió no apresurarse por razones de riesgos por la seguridad.
Araghchi señaló: «Tenía intención de ir a Beirut antes de partir para Nueva York, y le envié un mensaje. Él me dijo de no apurarnos por cuestiones de seguridad».
Añadió: «Me arrepiento ahora, ojalá el viaje se hubiera realizado».
El canciller contó en la entrevista que se reunió con Nasrallah por primera vez después de la Segunda Guerra del Líbano, en julio del 2006, cuando Hezbollah enfrentó 33 días a Israel.
En esa oportunidad, Nasrallah viajó a Teherán y allí le contó sus recuerdos de la guerra.
«El maestro fue muy amable y bueno. Y tuvimos muchos encuentros agradables con él», añadió.
La segunda vez que se reunieron, visitó el canciller iraní Beirut en medio de las conversaciones nucleares entre Teherán y Washington.
«Tenía la misión de viajar a Beirut», dijo. «Me senté con él desde las diez de la mañana hasta las cuatro de la tarde y conversamos sobre los detalles de las negociaciones», indicó.
En este marco reveló que se reunió con Nasrallah en un quinto piso de un edificio en un complejo residencial. Cuando subía por ascensor, contó que vio al personal de custodia colocando un tablero o pantalle frente a él, al consultarles porqué lo hacían, le contestaron: «Es un complejo de edificios y no queremos que nadie lo vea ingresar».
Por último, el canciller iraní concluyó describiendo la personalidad de Nasrallah: «No te sentís extraño al sentarse con él. Tiene buen alma y es divertido hablar con él».
«Era realmente una leyenda, y algunas leyendas se vuelven más benditas cuando desaparecen», dijo.