Itongadol.- Un terremoto político se desató en Israel tras la decisión del primer ministro, Benjamín Netanyahu, de despedir a quien era ministro de Defensa, Yoav Gallant, luego de varios intentos y amagues previos desde el año pasado por las diferencias públicas y secretas entre ambos.
La medida recogió apoyos en el oficialismo y críticas en la oposición, así como del Foro de Familiares de Rehenes y Desaparecidos.
El respaldo se da mayormente en las redes sociales entre los simpatizantes del jefe de gobierno y diversas corrientes de la derecha política, mientras que la gran mayoría de los miembros del gabinete guardan un cauto silencio.
El primero en salir fue el ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir: «Felicito al primer ministro por la decisión de despedir a Gallant».
«Con Gallant no era posible lograr una victoria absoluta, y el primer ministro hizo bien en destituirlo de su cargo”, agregó quien ya había reclamado eso en múltiples ocasiones.
En la oposición se hizo rápidamente escuchar el titular de Unidad Nacional, Benny Gantz, quien posteó: «La política a expensas de la seguridad nacional».
En tanto, el líder de Yesh Atid, Yair Lapid, fue más allá en X: «Netanyahu está sacrificando la seguridad de Israel y a los soldados de las FDI por una despreciable supervivencia política».
«Hago un llamamiento a a todos los patriotas sionistas a que salgan a las calles esta noche en protesta», arengó.
Por su parte, el Foro de Familias de Rehenes y Desaparecidos expresó su profunda preocupación por la destitución de Gallant, calificándola de una «continuación directa de los esfuerzos para sabotear un acuerdo por los rehenes».