Itongadol.- Yossi Jan, el padre del rehén rescatado Almog Meir, murió horas antes de saber que su hijo regresaría a casa.
“Mi hermano murió de pena. La noche anterior al regreso de Almog, el corazón de mi hermano se detuvo. No pudo ver regresar a su hijo”, explicó Dina, tía de Almog, a la emisora pública Kan.
“Estamos muy contentos con el regreso de Almog, pero el cerebro no puede asimilar que este es el final. Estamos destrozados”, dijo, explicando que su hermano vivía solo en Kfar Saba.
“Yossi, mi hermano, el padre de Almog, estuvo ocho meses pegado al televisor, aferrándose a cada dato”, relató.
“Quería mucho a Almog, se preocupaba mucho por él, quería saber por lo que estaba pasando. No podía soportarlo, cada [posible acuerdo con rehenes] que le explotaba en la cara, le rompía el corazón”, dijo.
“Perdió 20 kilos, no podía soportarlo de ninguna manera”, dijo, “se encerraba en sí mismo, no quería ver a la gente. Todos estaban preocupados por Yossi, pero él no podía comunicarse con nadie”.
Dina dijo que recibió una llamada telefónica del Ejército diciéndole que su sobrino había sido rescatado y el oficial le dijo que no habían podido localizar a Yossi.
«Estaba tan feliz que no sabía qué hacer», le dijo a Kan, y agregó que fue a la casa de su hermano para contarle la buena noticia.
“Manejé como loca, toqué, ‘Yossi, Yossi, Yossi’ y nada. No obtuve respuesta. La puerta de su casa estaba abierta y lo vi durmiendo en la sala. Le grité ‘Yossi’ y no me respondió. Vi el color de su piel, lo toqué, pero estaba muerto”, dijo.
Yossi Jan, que murió a la edad de 57 años, será enterrado hoy. Su familia le ha pedido al público que no asista.
En tanto, Yaakov Argamani dijo que el encuentro de ayer entre su hija Noa y su madre Liora, que se encuentra grave debido a un cáncer cerebral, fue muy difícil.
“Desafortunadamente, su madre se encuentra en una situación muy difícil”, dijo entre lágrimas a la Radio del Ejército. “Su madre apenas miró a Noa. Esa no fue la reacción que esperaba en la reunión después de ocho meses. Fue muy difícil.»
“Creo que entendió. Hubo una respuesta, o media respuesta. Entendió, pero no pudo transmitir sus emociones y no puede decir lo que realmente estuvo esperando decirle cuando la vio”, dijo.
Liora Argamani, de 61 años, tiene cáncer cerebral en etapa cuatro y ha dicho que su último deseo era volver a ver a su hija.
Finalmente, los padres de Andrey Kozlov, que viven en Rusia, llegaron al aeropuerto Ben Gurion esta mañana e inmediatamente fueron trasladados al Centro Médico Sheba de Ramat Gan para ver a su hijo, que se encuentra en buenas condiciones.