Itongadol/AJN.- Con la voz temblorosa por la emoción, Meirav Leshem Gonen describió al Consejo de Derechos Humanos de la ONU la agonía de escuchar por teléfono cómo los terroristas de Hamás secuestraron a su hija el 7 de octubre.
Su hija, Romi Gonen, de 23 años, “estaba aterrorizada y yo me sentí completamente impotente mientras escuchaba su sufrimiento”, expresó. “Por favor, ayúdame a abrazar a mi hija otra vez”.
Su discurso se produjo mientras el máximo organismo de derechos humanos de la ONU se reúne en Ginebra para debatir un informe que responsabiliza a Israel y Hamás de presuntos crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad en su ofensiva en Gaza, lanzada en respuesta al ataque masivo del grupo terrorista de Gaza.
Meirav Leshem Gonen, mother of 23-y/o hostage Romi Gonen at the UN HRC:
— Yaari Cohen (@YaariCohen) June 19, 2024
“I stand before you today not just as a mother, but also as a voice for women who have endured unimaginable suffering, whose pain is not acknowledged.”
Hear her voice, feel her pain. pic.twitter.com/jaRT369tct
El informe de la Comisión de Investigación independiente destacó en particular la difícil situación de las mujeres atrapadas en el ataque, denunciando que “las mujeres y sus cuerpos fueron utilizados como trofeos de la victoria por los perpetradores masculinos”.
Israel ha criticado vehementemente el informe, y la propia Leshem Gonen acusó que “trivializa la gravedad de la violencia sexual que sufren las mujeres en cautiverio.
“Hoy estoy ante ustedes no sólo como madre, sino también como una voz para las mujeres que han soportado sufrimientos inimaginables, cuyo dolor no es reconocido”, manifestó. «Cuando los cuerpos de las mujeres se utilizan como herramientas políticas, cuando su dignidad se deja de lado porque no están en el ‘lado correcto’, es una vergüenza para todos nosotros”.
Su hija huía en coche del festival de música Supernova el 7 de octubre cuando fue emboscada por hombres armados de Hamás.
Durante el ataque llamó a su madre, quien intentó consolarla por encima del estruendo de las explosiones.
“La arrastraron brutalmente por su largo y hermoso cabello desde el auto, por la ruta”, dijo Leshem Gonen.