Itongadol.- Poco después de que sonaran las sirenas en Israel por el lanzamiento de cohetes desde Gaza el miércoles, el ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir, afirmó que seguiría adelante con la reducción de derechos de los presos palestinos, lo que podría exacerbar aún más las tensiones a pesar de los llamamientos estadounidenses a la calma.
Ben-Gvir ordenó esta semana el cese del trabajo de los presos de seguridad palestinos en las panaderías de dos cárceles israelíes, cancelando «los beneficios y las indulgencias».
«Debería promulgarse la pena de muerte para los terroristas, pero hasta entonces, deben ser tratados como terroristas», expresó el ministro.
Por este motivo el jueves se impuso el estado de máxima alerta con refuerzo de personal en las prisiones, según informó un portavoz del servicio penitenciario israelí, quien detalló que las autoridades habían recibido información de que los reclusos planeaban hacer daño a los policías.
El enfrentamiento entre los prisioneros y Ben-Gvir se produce días después de que el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, pidiera a ambas partes que hicieran todo lo posible por rebajar la tensión tras semanas de violencia en Jerusalem y Cisjordania, así como de intercambios de disparos transfronterizos con Gaza.
Como grupo relativamente unificado que trasciende en gran medida las divisiones faccionales entre los movimientos políticos y militantes palestinos, los presos ejercen una influencia significativa y la decisión de Ben-Gvir de enfrentarse a ellos entraña el riesgo de una confrontación mayor.
«Cree que el tema de los presos es el más fácil para demostrar que es un líder serio. Cree que porque 4.000 presos están en sus cárceles puede hacer lo que quiera, pero se le atragantará porque afectan a la situación fuera de las cárceles», señaló Kadora Fares, directora de la Sociedad de Presos Palestinos.
A menos que se resuelva la situación, los presos palestinos llevarán a cabo una huelga de hambre masiva a partir del 22 de marzo, al comienzo del mes sagrado musulmán del Ramadán, tradicionalmente una época de mayores tensiones.
Sumado a las medidas más estrictas impuestas en varias cárceles y a los informes de enfrentamientos después de que los guardias confiscaran esta semana dispositivos electrónicos pertenecientes a algunas presas, el mensaje de Ben-Gvir plantea un enfrentamiento con un grupo que goza de un fuerte apoyo popular entre los palestinos.