AJN/Itongadol.- El ex embajador de Israel ante la ONU Danny Danon se dirigió el miércoles al presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, para preguntarle por qué no había llamado al primer ministro, Benjamín Netanyahu, como hizo con otros líderes mundiales.
Danon incluso adjuntó el teléfono de la Oficina del Primer Ministro.
Danon, quien actualmente no ocupa ningún cargo oficial, publicó una foto de Netanyahu con Biden y tuiteó: “Presidente Biden, usted llamó a los líderes de Canadá, México, Gran Bretaña, India, Francia, Alemania, Japón, Australia, Corea del Sur y Rusia, ¿no es hora de conversar también con el líder de Israel, el aliado más cercano de Estados Unidos? El número de teléfono del primer ministro es: + 972-2-6705555″.
Fuentes en Washington han enviado señales a Jerusalem de que una vez que Biden comience las conversaciones con gobiernos de Medio Oriente le dará a Netanyahu el honor de ser el primer líder de la región con el cual dialogue.
Prefiere impulsar pasos graduales que puedan dar ambas partes, al tiempo que desaconseja movimientos unilaterales que disuelvan la confianza que aún queda entre ellos.
El objetivo final sigue siendo el mismo, y el embajador en funciones de Estados Unidos ante la ONU, Richard Mills, lo dejó claro en la primera línea de su discurso del martes: «Bajo la nueva administración, la política de Estados Unidos será apoyar una solución de dos estados mutuamente acordada, en la que Israel viva en paz y seguridad junto a un estado palestino viable».
La administración de Biden no se limitó a expresar su apoyo a la solución de los dos Estados, sino que en muchos sentidos ha estado redoblando el concepto, indicando que Trump se había limitado a hablar de la idea mientras permitía que la construcción de asentamientos israelíes siguiera sin control en todas las partes de Cisjordania durante los últimos cuatro años. Biden, por su parte, tiene un largo historial de críticas a la construcción de asentamientos y lo hizo varias veces durante la campaña.
Y sin embargo, Mills siguió esa declaración con una importante advertencia, que rara vez fue utilizada por las administraciones anteriores que no estaban dispuestas a aceptar un no por respuesta: «El compromiso diplomático de Estados Unidos partirá de la premisa de que el progreso sostenible debe basarse en la consulta activa con ambas partes y que el éxito final requiere el consentimiento activo de ambas partes», dijo.
«Desgraciadamente, como creo que hemos escuchado, los respectivos líderes están muy alejados en las cuestiones del estatus final, la política israelí y palestina es tensa y la confianza entre las dos partes está en su punto más bajo», continuó el enviado estadounidense.
Sin embargo, se trata de reconocer la realidad, no de excusar la inacción.
«Estas realidades no eximen a los Estados miembros de la responsabilidad de intentar preservar la viabilidad de una solución de dos Estados. Tampoco deben desviar la atención del imperativo de mejorar las condiciones sobre el terreno, en particular la crisis humanitaria en Gaza», dijo Mills.
El mensaje fue casi idéntico al utilizado por Biden y sus ayudantes durante la campaña.
«Esto no es 2009, no es 2014. Las partes están muy lejos de estar preparadas para entablar negociaciones o conversaciones sobre el estatus final», dijo el posible secretario de Estado de Biden, Antony Blinken, a The Times of Israel un tiempo atrás. El funcionario opinó que una administración de Biden adoptaría inicialmente una postura de «no hacer daño» asegurándose de que «ninguna de las partes tome medidas unilaterales adicionales que alejen aún más la perspectiva de dos estados o la cierren por completo».