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Entrevista. Shlomo Gatenio, el argentino que trabaja con D’S en el Muro de los Lamentos (Kotel)

Por Gustavo Beron
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Itongadol.- Llegar y ver a Shlomo es parte de la grata imagen al llegar a la explanada del Kotel (Muro de los Lamentos)

Seguramente muchos no repararon en él, pero a pocos metros del milenario muro hay un pequeño puesto de Jabad Lubavitch donde miles y miles de personas se acercan a ponerse Tefilin, (filacterias, las cajitas de cuero donde se encuentran o guardan pasajes de las Escrituras hebreas que se colocan en la cabeza y un brazo) o ponerse el manto sagrado (talit), también se acercan a pedir los pequeños papelitos y un bolígrafo para escribir pedidos , deseos y agradecimientos para luego tratar de encontrar un lugar entre las piedras para dejarlo con fe y amor.

A Shlomo lo distingue su sonrisa, su amabilidad y paciencia para que nadie se vaya sin pasar por la experiencia de ponerse Tefilin, y muchos lo hacen por primera vez.

En el reciente viaje nos hicimos un rato para conversar con él, el argentino que vive y trabaja cerca de D’S entre la Presencia Divina y la fe de la gente.

Shlomo Gatenio junto con el director de Itongadol (Daniel Berliner)

Itongadol: ¿Shlomo tenés conciencia dónde trabajás y la gente que pasa todos los días por tus manos?

Yo siempre le digo a la gente que para mí el Kotel, si bien es mi lugar de trabajo y estoy todos los días y es un lugar tan especial y tan santo, pero para mí también lo especial del Kotel es que es el lugar de encuentro de todos los judíos. El lugar en el que se encuentran los judíos y también en el que se conectan de una manera casi automática. Si bien mi tarea es tratar de ayudar a la gente, yo me siento como un espectador, ya que viendo el corazón de un hermano que venga desde cualquier lugar, de Argentina, de Brasil, de Estados Unidos, de Sudáfrica, o de Australia, y lo ves a cada uno con su cultura y con su idioma, pero todos somos lo mismo.
 
Itongadol: Cada uno de nosotros va al Kotel a hacer su rezo, su tefilá, pero finalmente es el lugar de encuentro de todos los judíos, ¿es así?
Así es. Y está escrito en la Torá eso, dice que el Kotel es el lugar de encuentro del pueblo judío.
 
Itongadol: Es muy emocionante verte y de hecho hay muchos videos en los que estás con gente con sus camisetas de fútbol de distintos equipos, también con jóvenes y adultos que tal vez se ponen por primera vez tefilín, y eso seguramente emociona. Pero también te he visto hacerte un tiempo para rezar y cumplir con los espacios de rezo diario, es decir que también le das lugar al hombre que respeta y hace sus oraciones y que no se dedica solamente a poner tefilín

Sí, el tema es que como todo no se termina acá el trabajo y la ayuda que hay que darle a la gente, por lo que si uno no se sabe poner sus espacios y recargar pilas y centrarse de vuelta para seguir ayudando a más personas es muy difícil. Me tomo algunos espacios para hacer también mi rezo y mis estudios, porque son muy necesarios para mí, y me permiten después volver a ayudar y hacerlo con más pilas y más concentrado.
 
Itongadol: ¿Cómo llegaste a este lugar? ¿Cómo es que un día empezaste a poner tefilín en el Kotel?

Yo tenía otro trabajo, tenía un grupo de estudio de chicos jóvenes de habla hispana que venían a Israel, y me ocupé casi diez años con eso. Y fue una etapa que se terminó, no por nada malo sino que se dio así, y empecé a buscar trabajo dentro de Jabad y la gente de acá ya me conocía porque yo siempre venía con esos grupos, y como me gustan los turistas, los idiomas y todo ese tema, obviamente relacionado con la religión también, por lo que pensé en probar hacer esto. Justo acá les faltaba gente que hable español y portugués. Entonces empecé a probar y BH me sentí muy bien.
 
Itongadol: ¿Sos argentino?

Sí. Nací en La Plata y mi tío me hizo pincharrata. Hice aliá hace casi 17 años. Pero antes de hacer aliá, que fue cuando me casé, también estuve estudiando acá en Israel en yeshivá y para rabino, por lo que hace casi 20 años que estoy en Israel.
 
Itongadol: ¿Qué significa que un argentino esté, porque no, en el lugar de mayor santidad del mundo, representándonos y recibiendo gente de todo el mundo?

Es muy especial. Yo creo que en cualquier lugar del mundo donde un judío esté, y esta es mi humilde opinión, nunca va a ser realmente su casa, tanto por antisemitismo o por otros motivos, siempre va  a haber algo. E Israel, a pesar del idioma y de cualquier cosa que pueda pasar, siempre va a ser la casa de una persona judía. Por otro lado, uno nunca deja de ser argentino, eso es un tema también que no importa cuantos años hace que uno esté en Israel, uno siempre es argentino. Y eso es lo bueno de fusionar, de tratar de agarrar las cosas buenas de uno y del otro, del israelí y del argentino.
 
Itongadol: ¿Cómo podemos explicar lo que significa la presencia divina en este lugar, en el Kotel?

Yo creo que para decirlo con palabras simples es un lugar donde uno puede despertar un poco su alma, su sensibilidad, ahora justamente sin entrar demasiado en el tema pero viniendo de todo el coronavirus y todo el lío que hubo, uno se da cuenta un poco más de las cosas que realmente son importantes. Tal vez antes estábamos más confundidos al estar en la carrera de la vida, con el trabajo, el dinero y el estudio. Y ahora nos damos cuenta de qué es lo importante. Cuando uno viene acá y quiere revelar un poco su alma y su espíritu, acá es mucho más fácil, es casi automático. Mucha gente dice, yo no voy nunca al templo pero voy en Iom Kippur y siento algo, tal vez ese sentimiento y esa espiritualidad acá en el Kotel están todos los días.
 
Itongadol: ¿Estás notando un mayor acercamiento de parte de la juventud?

Es muy común que el israelí se ponga tefilin sin ser religioso para nada. Eso se acostumbra mucho en el ejército y es como que después del ejército les queda la costumbre. Yo creo que es un mini rezo que cuando uno está arriesgando su vida como un soldado, le da más fuerza y le da fe, es algo que lo hace sentir bien. Son 5 minutos todos los días. Y después del ejército les queda esa costumbre, por lo que es bastante común. Así como para poner una mezuzá en la puerta de la casa que no es necesario ser religioso para hacerlo, es más, la mayoría tenemos mezuzot en nuestras casas. Y creo que lo mismo pasa con los tefilin, eso es algo general en Israel. Fuera de Israel es como que se hizo mucho más normal diferentes cosas como el comer kosher y ponerse tefilin, no sé si fue por algo de Estados Unidos o por qué, pero en diferentes lugares lo normalizaron y es habitual. Y ahora la gente se pone tefilin, es algo mucho más normal.
 
Itongadol: ¿Existe la cuenta de cuánta gente se pone tefilín por año?

Es muy irregular, porque cada día es otra historia. No es como un reloj pero normalmente los domingos que hay cursos de soldados por la zona, vienen muchos soldados al Kotel entonces vienen muchos grupos. Los martes por ejemplo vienen escuelas a Jerusalem y los traen también al Kotel. Vienen también escuelas enteras de chicos que ya hicieron Bar Mitzvah. Hay días que vienen grupos de trabajo, por ende es mucha la gente que viene. Nosotros contamos que en un día promedio bueno se pueden poner 600 personas tefilin en el puesto nuestro.

Itongadol: ¿Suele ocurrir seguido que se vean evangélicos o personas no judías acercarse a rezar al Muro de los Lamentos?

Hace poco un israelí me preguntó si me parecía bien que haya tantas personas no judías rezando en el Kotel. Y yo le dije que estaba perfecto, que cuando estaba el Beit Hamikdash construido también venían no judíos, y hacían ofrendas y rezos. Y eso es algo que está en la Torá también. Es algo normal y yo siempre veo muchos grupos de personas no judías, de hecho nosotros inclusive tenemos folletos que hicimos especialmente para no judíos, con los 7 preceptos de Noé, que son los que la Torá dice que el no judío debería hacer, para que haya un mundo mejor y para que tenga una mejor familia, y se los repartimos a las personas no judías.

Itongadol: ¿Hay alguna experiencia en tu trabajo que te ha marcado y nunca olvidas? ¿O poner tefilín se convierte en algo rutinario?

Tengo muchas historias que me marcaron acá. Cada persona que viene tiene su historia. Cada judío que se pone tefilin y se pone a llorar, por emoción o porque se acuerda de su padre y de su abuelo. Cada uno tiene su historia. Muchas veces les pregunto y descubro esas historias. He visto gente que viene acá en lo que se llama en castellano el Último Pedido, personas que les dieron fechas terminales, y vienen al Kotel a rezar y muchos de ellos vienen a rezar y ponerse tefilin. Es algo muy emocionante ver a una persona que no sabe qué va a pasar con su vida pero todavía tiene fe y no se rinde ni baja los brazos. Cuando uno ve esas cosas lo marcan, a pesar de que hay rutina en el día a día que se repite.

Itongadol: El tema de los bar mitzvot los días jueves es también muy fuerte que se vive en el Kotel

Sí, tremendo. Los jueves como vos decís es el día que más gente hay en el Kotel. Los lunes también, son los dos días con más gente. Los lunes y los jueves se puede venir de manera gratuita, sin necesidad de reservar un turno, puede agarrar una mesa, hay sefer Torá, puede organizar su ceremonia de Bar Mitzvah con su familia y con su rabino, y viene gente de acá de Israel pero también de todas partes del mundo. Yo hago muchos Bar Mitzvot acá y normalmente no doy abasto, y creo que lo que más me emociona es cuando los padres bendicen al hijo en el Bar Mitzvah, digamos el tema de la continuidad y la herencia del judaísmo, y cuando eso está pasando acá, en el mismo Kotel, es algo muy emocionante.

Itongadol: ¿Qué significa estar tan cerca de D’s todos los días?

Es una responsabilidad. Y cuando uno tiene algo tan potente al alcance hay que ser responsable y darle el respeto que se merece, y por eso uno trata de hacer lo máximo que puede y de estar a la altura si D’s quiere.

Itongadol: ¿Cuándo alguien escribe los famosos papelitos para dejar en el Kotel, hay algo que no se debe dejar de escribir, más allá de los pedidos y agradecimientos?

No. Lo que yo siempre le digo a la gente es que lo que escribe, antes de poner el papelito, lo lean. Porque lo principal del papelito es el rezo, entonces, y justamente, lo que están escribiendo, son cosas de su corazón, que sienten que necesitan. Hay gente que me dice que lo único que escribe en el papelito es ‘gracias’, es decir, cada uno escribe lo que siente y necesita en ese momento, y está bien. No hay instrucciones de cómo se debe hacer.

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