Itongadol/Agencia AJN.- El gabinete israelí firmó hoy un controvertido proyecto de almacenamiento de energía que pretende abordar las preocupaciones de los judíos ultraortodoxos sobre el uso de la electricidad producida por otros judíos durante shabat (día de descanso).
El plan para la instalación de un almacenamiento en Bnei Brak tiene un precio de unos 120 millones de NIS (33 millones de dólares), que saldría de los bolsillos de los consumidores, incluidos aquellos que no requieren electricidad almacenada para ayudarlos a cumplir con los requisitos religiosos.
Los judíos haredi, que se adhieren a una interpretación estricta de la ley judía, han promovido durante mucho tiempo el establecimiento de instalaciones de almacenamiento de energía para buscar una alternativa al consumo de electricidad producida durante Shabat, en violación de las leyes religiosas.
Mientras que la mayoría de los judíos observantes, por regla general, no utilizan aparatos eléctricos en shabat, sí consumen electricidad de forma pasiva, utilizando temporizadores que no requieren encender o apagar la corriente en heladeras, aires acondicionadores, ascensores y lámparas. Los políticos y rabinos haredi quieren que esa corriente sea kosher, es decir, no producida por judíos durante el shabat.
Actualmente, los generadores se utilizan en Shabat en muchos vecindarios mayoritariamente haredi, pero ese método cuesta mucho más que la electricidad medida.
El presidente del partido Yisrael Beytenu, Avigdor Liberman, cuyo partido de oposición ha protestado a menudo por lo que percibe como coerción religiosa por parte de los políticos haredi, advirtió que un suministro nacional de la llamada electricidad kosher costaría al menos 90.000 millones de NIS (alrededor de 25.000 millones de dólares).
“Esto será financiado por la clase media, que sirve en las Fuerzas de Defensa de Israel, trabaja y paga impuestos”, escribió Liberman en Twitter.
“Este es otro paso loco en la dirección de un estado basado en la halajá”, dijo, refiriéndose a la ley religiosa ortodoxa.
Israel Katz, el ministro de Infraestructura nacional, Energía y Agua, defendió el plan como “destinado a facilitar la producción de electricidad en tiempos de baja demanda para proporcionarla en los de alta demanda, incluidos los barrios haredi”, al tiempo que reduce el uso de generadores contaminantes.
Katz es un alto miembro del partido gobernante Likud, cuya coalición cuenta con el apoyo de dos importantes partidos haredi.
El costo del piloto no saldrá de los bolsillos de los consumidores, dijo Katz en un video publicado en Twitter, afirmando que la instalación de almacenamiento sería “rentable” y se pagaría sola.
La Corporación Eléctrica de Israel, una entidad de propiedad del gobierno que produce cerca de la mitad de toda la electricidad consumida en el país, venderá la instalación de almacenamiento en tres años al sector privado, aumentando el margen de ganancias, afirmó.